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Cátedra de Coyuntura Internacional

americano no podría haber surgido sin el apoyo de las ideas 

europeas, y Europa en gran parte no habría podido salir 

libre y democrática de dos guerras mundiales sin el esfuerzo 

de Estados Unidos. El vínculo transatlántico es, por tanto, 

parte sustancial de la Unión Europea y Estados Unidos, pues 

ambos comparten valores, principios y objetivos básicos, y 

se enfrentan a amenazas similares (p. 15).

Durante la Guerra Fría, la base de las relaciones 

transatlánticas fue el tema de seguridad. La OTAN se 

convirtió en fundamento de actuación y de relaciones 

entre Estados Unidos y los países europeos. Al término 

de la Guerra Fría y el comienzo del proceso globalizador 

en el mundo, las relaciones transatlánticas mutan de una 

vertiente exclusivamente estratégico-militar, a una agenda 

más político-comercial. En donde la base de actuación, 

además de la OTAN, es un acercamiento de tipo comercial 

y el primer paso fue una propuesta de un Acuerdo 

Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP).

El inicio de las negociaciones se debió, en gran 

medida, a varios factores: la crisis económica (2007-2008); 

estancamiento de las negociaciones comerciales multilaterales 

OMC y el ascenso de países emergentes (principalmente 

de la Región Asia-Pacífico). El objetivo del TTIP es eliminar 

las barreras al comercio (aranceles, normativa innecesaria, 

restricciones a la inversión, etc.) en una amplia variedad de 

sectores económicos, así como facilitar la inversión de las 

empresas de ambas partes del Atlántico.

Al consolidarse el TTIP, se replantearían todos los 

escenarios relativos al crecimiento económico y las relaciones 

comerciales internacionales en los próximos años. La TTIP 

significaría la suma de 47 % del PIB mundial y un tercio de 

los flujos del comercio mundial, un incremento económico 

de 120 000 millones de euros para la Unión Europea y de 

90 000 millones de euros para los Estados Unidos, además 

de un impacto de 100 000 millones de euros para el resto 

del mundo (Steinberg, 2013). Se generaría la reactivación 

mundial, sobre todo el relanzamiento de la región atlántica, 

y sobre todo un impacto sobre las reglas del comercio