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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
situación de Oriente Medio (Siria) y hasta la migración de la
África subsahariana entre otros; b) implementar mecanismos
más eficaces que permitan anticipar acontecimientos y
determinar con rapidez respuestas comunes; c) trabajar más
en materia de seguridad y defensa, desarrollo de capacidades
de defensa integradas, más allá de una «potencia suave», y
d) estrechar cooperación con países vecinos, principalmente
Balcanes Occidentales, Moldavia, Ucrania.
La Comisión Juncker, hace un especial énfasis al
poco desarrollo de la política de seguridad, la cual está
desactualizada y es insuficiente. En este sentido Witney
(2014) habla sobre el déficit estratégico en cuanto a la
política de seguridad de la Unión Europea. Lo anterior tiene
un claro efecto en el papel de la OTAN, y las cuestiones de
seguridad de la Unión Europea. Existe una gran dependencia
de la «alianza atlántica de defensa», en las relaciones con
los Estados Unidos.
La Unión Europea evalúa el tema de la seguridad y
defensa europea, el papel de la OTAN y su relación con
Estados Unidos. La propuesta de desarrollar una cooperación
estructurada en materia de defensa, se plantea como
una nueva prioridad. El Tratado de Lisboa contempla la
posibilidad de que los Estados miembros que así lo deseen
pongan en común sus capacidades de defensa en forma de
cooperación estructurada permanente. Esto significa que
los Estados miembros que así lo decidan pueden emprender
misiones conjuntas de la UE en zonas en crisis cuando sea
necesario, como debió hacerse desde un principio en Mali o
Sudán del Sur.
3. Entre la indiferencia o frustración de la relación
transatlántica: ¿Hacia el estancamiento de la relación?
La idea de consolidar una alianza transatlántica tiene
un largo camino que no ha logrado consolidarse, pero sigue
su proceso y tiene grandes bases. Según señalan García y
Quinlan (2013):
Estados Unidos y Europa no se pueden entender en su
totalidad separados el uno del otro: el modelo político