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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
energías renovables y el aumento de la eficiencia energética.
Pero sobresale de manera importante el punto seis, sobre la
formalización de un Acuerdo de Libre Comercio razonado y
equilibrado con los Estados Unidos de América.
Juncker (2014), señala al respecto:
Es anacrónico que, en el siglo XXI, los europeos y
los estadounidenses todavía impongan derechos de
aduana sobre sus productos. Estos deben ser rápida y
completamente abolidos. También creo que podemos dar
un paso significativo en el reconocimiento de los estándares
de los productos de cada uno, o bien trabajar hacia
estándares transatlánticos. Sin embargo, como Presidente
de la Comisión, también tendré muy claro que no voy a
sacrificar la seguridad de Europa, la salud, la sociedad y
las normas de protección de datos, en el altar del libre
comercio. En particular, la seguridad de los alimentos que
comemos y la protección de los datos personales de los
europeos no serán negociables para mí (párr. 5).
En materia de acción exterior, la Comisión Juncker
identifica dos grandes propuestas. En primer lugar, la
firma y puesta en marcha de un Acuerdo Transatlántico de
Comercio e inversiones con los Estados Unidos (TTIP por
sus siglas en inglés). En segundo lugar, el reforzamiento
del papel de la Unión Europea en el mundo, que pasa por
una rápida y efectiva respuesta a cuestiones de seguridad.
En cuanto a la relación con Estados Unidos, la Unión
Europea plantea, que cuanto mayor es la liberalización
mejor es el resultado global, por lo que la eliminación de
barreras al comercio en un gran número de sectores es
uno de los principales objetivos de la negociación. Según
la Comisión Europea, existen aranceles, normatividad
innecesaria y restricciones a la inversión en el marco de
las relaciones transatlánticas, que dicho acuerdo quiere
eliminar con el objeto de simplificar la compra-venta de
bienes y servicios, así como la inversión de las empresas en
ambas direcciones. Además de las razones comerciales y
financieras, también se tiene que tomar en cuenta la razón
geopolítica. En este sentido Ruiz (2010) señala: «El Pacífico
está desplazando al Atlántico como centro de gravedad de