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Cátedra de Coyuntura Internacional
Este. Por lo que se pretendía generar una unidad de facto
entre la Unión Europea y los Estados Unidos que proveyera
las directrices en términos económicos, políticos y sociales
ante un nuevo paradigma internacional.
La relación transatlántica se ve favorecida con la
formulación del Tratado de la Unión Europea (Maastricht)
en 1992, y la creación de su política exterior y de seguridad
común (PESC), que estructura una nueva política exterior
similar, la cual buscaba el surgimiento de la Unión Europea
como un actor cada vez más relevante en el escenario
internacional. En este sentido, la Comisión Europea (2006)
señala al respecto:
La Unión Europea se convirtió en un socio cada vez más sólido
en numerosas áreas más allá de los asuntos comerciales.
Además, se hizo necesario una respuesta conjunta de los
Estados Unidos y la Unión Europea ante un número mayor
de dificultades como la amenaza de proliferación de armas
de destrucción masiva y terrorismo internacional, el frágil
proceso de paz en Oriente Medio y la necesidad de proteger
el crecimiento económico y el empleo (p. 3).
Si bien la Declaración Transatlántica de 1990 fue un
documento positivo para la propia relación, este apenas
significó el inicio del proceso para acercar a ambas partes
del Atlántico. Pero después de la firma de dicho documento,
se suscitaron varios acontecimientos que generaron nuevas
desavenencias, principalmente por los conflictos de Bosnia
y Kosovo en la antigua Yugoslavia. Paradójicamente
algunos de los elementos transatlánticos perturbadores no
tienen que ver con el tema de la seguridad, sino con el
comercio. Diferencias en torno a la política agrícola común
por parte de la Unión Europea, que afectó la Ronda Uruguay
de negociaciones comerciales multilaterales, así como las
sanciones económicas unilaterales por parte de Estados
Unidos durante 1993-1996, minaron la credibilidad de
ambos actores en las relaciones económicas internacionales
y entre ellos mismos.
Bajo la presidencia española de la Unión en 1995 y
el primer periodo del expresidente Bill Clinton en Estados
Unidos, se aprobó una Nueva Agenda Transatlántica