129
Cátedra de Coyuntura Internacional
los sectores populares ven decrecer su capacidad adquisitiva,
se encuentran en paro o sufren de los recortes salariales y
de la reducción de su nivel y calidad de vida.
En cuanto a los sectores populares de los países
en vías de desarrollo, a pesar de que en algunos de ellos
hubo reducciones considerables en los índices de pobreza
corresponden con alzas en el gasto social y en las políticas
redistributivas también se puede afirmar que en términos
generales no puede decirse que los países que antes fueran
conocido, como el «tercer mundo» hayan transformado sus
economías al punto de convertirse en lo que se conoce bajo el
término «países desarrollados», lo cual nos permite afirmar
que el problema del cumplimiento efectivo de las obligaciones
del Estado en materia económico-social (y cultural) sigue
siendo tarea pendiente en todas partes del mundo.
Aunque es evidente la complejidad del problema y de
la generalización/simplificación en la que hemos incurrido en
los párrafos anteriores, en aras de la brevedad y necesidad de
hilvanar adecuadamente nuestras ideas, es perfectamente
factible indicar que la acción afirmativa del Estado, debe
cumplir en el terreno económico-social (principalmente en
los campos del trabajo, educación y salud) se ve confrontada
de manera creciente con la animadversión y las políticas de
rechazo y oposición intransigente que ponen en marcha las
élites empresariales y del poder financiero y económico.
En Estados Unidos el presidente Donald Trump se propone
desmantelar el programa de atención médica –conocido
como «Obamacare»– que el presidente saliente logró poner
en marcha, ante la vergonzosa situación de cerca de 50
millones de ciudadanos que carentes de seguro médico
en el país más rico y poderoso del mundo; ha ordenado
considerables recortes en los programas sociales en
general. En la Unión Europea los trabajadores de los países
«periféricos» (griegos, portugueses, españoles, irlandeses,
italianos) se ven cada día más afectados por las políticas
de austeridad y por la absoluta insensibilidad social de las
élites de los países más ricos como Alemania y Francia. Los
trabajadores de otros países igualmente afectados o votan
por salir de la Unión (el caso del Brexit) o votan en números
crecientes por una derecha populista y nacionalista, como