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Cátedra de Coyuntura Internacional
que la democracia, como forma de gobierno, se ubica en el
ámbito de las ciencias políticas mientras que el capitalismo,
como modo de producción, pertenece al campo de la
economía. Además hay que tomar en consideración que la
democracia tiene como objetivo primordial el gobierno de
un Estado, en función de los intereses de la mayoría de sus
ciudadanos (la satisfacción de sus necesidades), mientras
que el capitalismo busca esencialmente maximizar la
acumulación privada de capital y el crecimiento económico.
Es perfectamente claro por qué la teoría crítica,
uno de cuyos principales exponentes es el gran pensador
alemán Jurgen Habermas, sostiene que la tensión entre
capitalismo y democracia se debe a que la satisfacción de
las necesidades funcionales de la economía tienen que
encontrar su límite en lo que Habermas llama la «integridad
del mundo de la vida», o sea en las «...exigencias de los
ámbitos de acción que dependen de la integración social»
(Habermas, 1987, p. 488). Esto implica que hay que
darse cuenta que además de la tensión entre democracia
y capitalismo tiene presente la diferencia entre este último
y lo que el autor de la teoría crítica llama el «mundo de la
vida», es decir con la sociedad civil, el sistema social y sus
diversas formas de organización, e incluso la cultura.
A lo anterior habría que agregar el hecho que la dinámica
capitalista «..sólo puede preservarse en la medida en que el
proceso de producción quede desacoplado de orientaciones
hacia valores de uso» como señala Habermas (ibid). Esto es
de gran importancia, porque las personas utilizan los objetos
por su valor de uso normalmente (no por su valor cambio), de
manera que dicho «desacoplamiento» agrava las tensiones
entre capitalismo y democracia, sobre todo al evaluar
cualquier situación concreta desde el punto de vista de las
necesidades humanas, porque lo que interesa el enfoque
del desarrollo humano es satisfacer dichas necesidades y –
como ya señalamos en el párrafo inicial– del respeto a los
ecosistemas naturales y las necesidades de las generaciones
futuras, que es la perspectiva del desarrollo sostenible. Por
supuesto no es desde la perspectiva de los dueños del capital
y medios de producción en general, que se preocupan casi
exclusivamente por el crecimiento económico.