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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Durante los primeros meses de la administración
Trump no fue posible desarrollar esta agenda en su totalidad,
especialmente, las iniciativas más extremas. Sin embargo,
se ha producido un aumento de la cantidad de oficiales
migratorios y se han aplicado una serie de órdenes ejecutivas
e interpretaciones más estrictas a la normativa existente,
que ha ampliado el riesgo del migrante en condición de
ilegalidad en los Estados Unidos. Incluso, U.S. Immigration
and Customs Enforcement anunció como un logro de la
nueva administración, la reducción de detenciones en
frontera (efecto intimidatorio) (Jarvie, 2017) y el aumento de
arrestos internos de personas, en condición de ilegalidad y
con o sin cargos penales (que llegó a 41 000 personas en los
primeros cien días de gobierno, lo que superaba en 37.6 % el
número de detenciones del mismo periodo en el año anterior)
(U. S. Inmigration and Customs Enforcement, 2017b).
A la fecha no existen estadísticas que permitan ver el
efecto directo de estas propuestas sobre los inmigrantes
centroamericanos. No obstante, existe una narrativa en
la cual la migración ilegal se liga necesariamente con la
existencia y operación de pandillas centroamericanas.
En este sentido, a mediados de abril de 2017, en un
comunicado especial el Departamento de Justicia, estableció
que la denominada MS-13 «Mara Salvatrucha» sería un
objetivo de la administración Trump, para lo cual establecería
una cooperación efectiva con los países centroamericanos
(U.S. Department of Justice, 2017).
La administración Trump ha sido clara en definir
que su principal preocupación en Centroamérica consiste
en eliminar la migración ilegal, la cual narrativamente,
liga con la delincuencia organizada de las pandillas del
Triángulo Norte. En este sentido, durante la Conferencia
sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica, del 15 de
junio de 2017, con el lema: «Their success is our security»,
el vicepresidente Pence señalaba que:
But to further stem the flow of illegal immigration and illegal
drugs into the United States, President Trump knows, as do
all of you, that we must confront these problems at their
source. We must meet them –and we must solve them– in
Central and South America.