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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

de que la renegociación del tratado iniciaría por el TLCAN, 

mitigó las preocupaciones existentes, dado el tiempo que 

este proceso pudiese tomar. Por último, durante la visita del 

presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, a los Estados 

Unidos en marzo de 2017, el vicepresidente Pence señaló la 

estabilidad del tratado de libre comercio vigente.

b. El abordaje de los flujos migratorios y el tratamien-

to de las pandillas

Los flujos migratorios constituyen un elemento 

fundamental para Centroamérica, según el estudio de 

Rosemblunt & Ruiz-Soto (2015, pp. 4-5), se calcula que 

los centroamericanos constituyen el 8 % del total de 

migrantes en los Estados Unidos (casi dos millones y medio 

de personas), pero constituyen el 15 % de la población 

inmigrante ilegal. Entre el 2000 y 2014 el número de 

migrantes centroamericanos ilegales en los Estados Unidos 

(especialmente guatemaltecos, salvadoreños y hondureños), 

pasó de 546 mil personas a 1 600 000 personas, es decir 

se produjo un crecimiento cercano al 195 %. Las remesas 

de estos migrantes se traducen en un importante ingreso 

para sus respectivos países, pues representan unos 16 471 

millones de dólares, incluso, en los últimos cinco años se ha 

tenido un crecimiento cercano al 6 % anual. En el año 2015 

se tuvo un aumento de 6.6 %, similar al promedio de los 

últimos cinco años (Cemla, 2016, pp. 3-4).

El manejo de los flujos migratorios ha sido un 

tema fundamental en la política exterior de los países 

centroamericanos, especialmente, en el triángulo norte de 

Centroamérica; lo mismo para los Estados Unidos que lo 

ha convertido en un tema de seguridad nacional, oscilando 

su política entre la mayor represión y la distensión a los 

migrantes ilegales en ese país (Méndez-Coto, 2016). En este 

sentido, la administración Obama, al tiempo que discutía 

una reforma migratoria favorable a los centroamericanos 

ilegales en Estados Unidos, estableció controles más 

agresivos en fronteras e invirtió una gran cantidad de 

dinero que permitió aumentar sistemáticamente el número 

de deportados y rechazados entre 2008 y 2012, momento 

a partir del cual se produce una reducción de dicho número 

(U. S. Inmigration and Customs Enforcement, 2017a).