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Cátedra de Coyuntura Internacional
así como –no se debe olvidar– el resquebrajamiento del
frente árabe tras los Acuerdos de Camp David (1978) que
llevaron a la firma de la paz con Israel por Egipto y Jordania.
La creación del órgano institucional llamado Autoridad
Palestina, remedo de gobierno autónomo, ha sido el único
resultado positivo de las diversas rondas de negociaciones
habidas en los últimos decenios (Madrid en 1991, Oslo en
1993), pero con la reaparición del radicalismo, en este
caso la organización Hamás, fuerte en Gaza, ni siquiera el
Gobierno palestino ejerce autoridad total sobre su (teórica)
jurisdicción territorial.
Frente a todo el factor más destacado en la
región sigue siendo la intransigencia de las políticas de
Israel, con un poder militar ciertamente amedrentador
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.
Esto, más la seguridad de contar con el alineamiento
incondicional de los Estados Unidos, permite al Estado de
Israel hacer gala de un incumplimiento sistemático de las
condenas internacionales. El indescriptible abuso sobre
las poblaciones palestinas y la inhumanidad que supone
la construcción de un muro de 800 km, también objeto
de condena internacional, que rodea casi todo el entorno
de la Cisjordania formalmente autónoma, muestra bien
a las claras el alto grado de impunidad que ha adquirido
este Estado. Este comportamiento, implacable y
desproporcionado con sus enemigos, lo viene justificando
Israel por sus necesidades de «seguridad frente al
terrorismo palestino», que hace tiempo se reduce a la
actuación casi personal y esporádica de una resistencia
armada poco eficaz.
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Israel es una potencia atómica militar desde que en la década de 1960
consiguiese acceder a la bomba nuclear con ayuda técnica francesa en el
polígono atómico de Dimona, en el Neguev. Aunque este asunto constituye
un asunto del máximo secreto Israel, que no cumple tampoco los tratados
internacionales de no proliferación nuclear, no lo desmiente cuando surge
como un tema polémico más de su papel en el concierto internacional. Se sabe
que su arsenal atómico cuenta con varios centenares de bombas nucleares
de potencia más que suficiente como para mantener una superioridad militar
neta sobre sus enemigos exteriores.