73
Cátedra de Coyuntura Internacional
llegaron a creer que habían conseguido, con capital en
Damasco, el Estado árabe añorado de la gran Siria, y así lo
declaró el Congreso Nacional Sirio en julio de 1919, con Faisal
coronado como «rey de los Árabes» y un territorio que de
momento comprendía lo que después serían los Estados de
Siria, Líbano y Transjordania más Palestina, evidentemente.
Este espejismo acabó exactamente un año después cuando
Francia, decidida a asumir lo que el régimen de Mandatos
le atribuía, expulsó a Faisal de Damasco tras oponer dura
resistencia. Los británicos, entonces, quizás avergonzados
de sí mismos, acogieron al maltratado aliado Faisal en
Irak, del que lo hicieron rey. Al mismo tiempo nombraron
a Abdullah, segundo hijo de Hussein, rey de Transjordania,
con capital en Ammán, y Francia ocupó las actuales Siria
y Líbano. No era exactamente lo que los Acuerdos Sykes-
Picot preveían, pero ambas potencias quedaban satisfechas
y además complacían a los hashemíes. Londres y París
pretendían ignorar que las aspiraciones árabes abarcaban
mucho más de lo que Hussein y sus hijos significaban y por
eso continuaron con sus errores, agravándolos.
La nueva configuración político-administrativa de
la región quedaba formada por cinco mandatos: Iraq,
Palestina y Transjordania bajo administración británica y
Siria y Líbano bajo administración francesa. El emirato
hashemí de los Santos Lugares quedaba aparte, como
de hecho venía siendo considerado desde que en octubre
de 1916, al poco de iniciar la rebelión contra los turcos,
el emir Hussein se declaró rey del Hedyaz. Palestina
no solo quedaba desintegrada de su entorno histórico
tradicional, la gran Siria, sino también de su hinterland
transjordano, medidas que no podían ser contempladas
de otro modo que como orientadas a dar cumplimiento
a la Declaración Balfour de la forma más favorable a los
sionistas. Todo se confirmó cuando en 1920 el Gobierno
británico nombró a un judío, sir Herbert Samuel, como
primer Alto Comisario en Palestina.
La historia del mandato de Palestina a partir de ese
momento es la constatación del sistemático rechazo palestino