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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

desde hacía tiempo, para entrar en este negocio, lo que 

significaba ponerse de acuerdo necesariamente con Gran 

Bretaña. El Acuerdo de San Remo hubo de reflejar estos 

intereses, comprometiéndose las dos potencias occidentales 

a cooperar a la hora de trazar los oleoductos y ferrocarriles 

que deberían atravesar con total libertad los territorios 

controlados por ambas. El Gobierno francés creó en 1924 la 

Compagnie Française de Pétroles (CFP), que hizo su entrada 

en el prometedor mundo petrolero del Oriente Próximo en 

1928, introduciéndose –junto a un consorcio de sociedades 

norteamericanas, Near East, que inauguraban un camino de 

crecientes éxitos hasta el dominio absoluto en la región– en 

la Turkish, pronto llamada Irak Petroleum Company, para 

absorber el 23.75 % que antes ostentaban los alemanes

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El sistema de Mandatos reflejaba el espíritu de 

la «doctrina wilsoniana de la autodeterminación de los 

pueblos», pero, al menos en lo que a Palestina se refería, 

incurría en flagrante contradicción al pretender ser 

simultáneo con la promesa y la voluntad de instalación de los 

judíos en un territorio de mayoría árabe aplastante. Pronto 

se vería que en la intención sionista, y con conocimiento 

de los británicos, la operación clave para consolidar en 

Palestina una situación radicalmente diferente era proceder 

a una masiva inmigración de judíos de la diáspora que 

iría acompañada de la adquisición creciente de tierras por 

parte de las instituciones financieras judías creadas con ese 

propósito. Frente a estas iniciativas internacionales, tan 

poco favorables a la causa y los objetivos árabes, éstos no 

cesaron en su propósito reclamando las promesas recibidas 

y exhibiendo los méritos que como aliados leales y eficaces 

habían adquirido en la guerra.

De hecho, y mientras las potencias no decidieron 

despojarse de su máscara, Faisal y los nacionalistas árabes 

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 Tras el petróleo persa surgió el iraquí en Baba Gurgur (1927), en territorio 

del Kurdistán, y a partir de 1932 afloró en los ricos yacimientos del golfo 

Pérsico, inicialmente en Bahréin, siguiendo luego los hallazgos de Qatar, 

Kuwait y Arabia saudí (1938).