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Cátedra de Coyuntura Internacional
para rechazar vehementemente tanto el establecimiento
en Palestina del Hogar Judío como el sistema de mandatos
recientemente aprobado por la Sociedad de Naciones y para
exigir la inmediata independencia de una Siria unida en los
límites señalados por el jerife Hussein con Faisal como rey
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.
El Tratado de Versalles creó (28 de junio de 1919)
la Sociedad de Naciones como organización mundial con
vocación, principalmente, de evitar la guerra, entrando en
vigor el 10 de enero de 1920. El artículo 22 del Pacto de la
Sociedad de Naciones establecía el sistema de mandatos
que fue desarrollado y concretado en la Conferencia de San
Remo (abril de 1920) en lo referente a los territorios bajo
dominio turco desde 1517, que eran atribuidos a Gran Bretaña
y Francia y a los que se garantizaba una independencia
futura una vez conseguida la madurez administrativa
suficiente. Había tres tipos de mandatos. Los de tipo A,
correspondientes a los territorios del extinto Imperio Turco,
eran los de mayor madurez político-administrativa (entre
los que, precisamente, destacaba la región árabe-palestina
como la más evolucionada).
La Conferencia de San Remo pretendía hacer posible
la aplicación de los Acuerdos Sykes-Picot, pero además
contempló muy directamente otra realidad regional que no
podía ocultarse y que las potencias occidentales no estaban
dispuestas a dejar de lado: el petróleo. En efecto, el petróleo
había surgido en la Persia bajo influencia británica en 1908,
siendo monopolizados su extracción, refino y transporte por
el propio Almirantazgo que creó para ello la Anglo-Persian
Oil seguida de la Turkish Petroleum (1911) para hacer lo
mismo en los territorios bajo dominio turco, aunque en este
caso junto a capitales alemanes, turcos y otros, controlando
no obstante la mitad. Acabada la guerra, Francia incrementó
la presión que mantenía al lado de los norteamericanos
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El carácter del acuerdo Faisal-Weizmann, tan favorable a la causa judía pero
ciertamente debilitado por la insuficiencia legitimadora del propio Faisal, ni
siquiera fue utilizado por el líder sionista, que lo ocultó durante diecisiete
años, y tampoco ha formado parte del argumentario reivindicativo de la
causa sionista.