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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
mayoritaria. Una de estas respuestas conciliatorias, la
llamada Declaración Franco-Inglesa de 7 de noviembre de
1918, hecha pública al día siguiente de declarada la paz,
afirmaba que:
El objetivo de guerra perseguido por las dos potencias
en Oriente era la completa liberación de los pueblos
oprimidos por los turcos entre el Monte Tauro y el golfo
Pérsico y el establecimiento de una zona de gobiernos
nacionales que nacerían de la libre elección de las
poblaciones indígenas (Alem, 1970, p. 105).
Hay que destacar que los dirigentes árabes nunca
consideraron enemigos a las poblaciones judías residuales
existentes en el Oriente Próximo árabe, y menos a la de
palestina, tan insignificante como bien avenida, por lo que
no mostraron su oposición de principio; pero sí se oponían a
la creación de una identidad política judía y, por supuesto, a
la emigración, que ya veían como amenaza principal. Así se
mantuvieron pese a la dureza de los acontecimientos que
siguieron, ingratos y perjudiciales durante más de medio
siglo. Los líderes palestinos ya hicieron saber a finales de
1918 su oposición tajante a los planes británicos sobre su
propia tierra, iniciando las primeras acciones de protesta.
Interesa constatar la extrema afinidad prosionista
del ministro de exteriores Balfour, muy anterior a la guerra
y de denso recorrido. Siendo primer ministro en 1902, ya
ofreció a los líderes sionistas varios territorios para asentar
judíos, aunque siempre fue de la opinión de que debía ser
Palestina el objetivo. Ese año, se dirigió al séptimo Congreso
Sionista con palabras como estas: «Los judíos son la raza
más dotada que el mundo ha producido desde los griegos
del siglo V. Si les podemos proporcionar un asilo en su país
de origen, entonces su genio explotará y se propagará (…)»
(Alem, 1982, p. 55). Años después y en el fragor producido
por la declaración con su nombre, Balfour tuvo otros
propósitos con un sentido parecido:
Las grandes potencias (Inglaterra, Estados Unidos,
Francia, Italia) han tomado partido por el sionismo.
Y el sionismo, sea justo o falso, bueno o malo, está