63
Cátedra de Coyuntura Internacional
reservaban los británicos. El acuerdo asociaba a la Rusia
zarista por ser aliada y por su insistente propósito de
mantener una influencia histórico-religiosa en los Santos
Lugares, aunque sin presencia territorial como tal.
La relevancia que adquiría Palestina obedecía, en
términos generales, a dos causas: una aparente, pero
explicable, y otra oculta, aunque ya asumida en el gabinete
británico. La primera se explicaba por la conveniencia para
los intereses británicos de contar con «una Palestina amiga
formando un Estado tampón, indispensable para la defensa
de Suez y Egipto» (Alem, 1982, p. 32), lo que se suponía
compatible con la internacionalización formal y textual.
La segunda encerraba ya los intereses y la presión de las
organizaciones sionistas con vistas a poner pie en esa
Palestina objeto de sus «derechos históricos» pese a que
desde el año 135 d. C. y la nueva diáspora que produjo la
derrota de Bar Cosheba ante los romanos, los pobladores
judíos en esa región se habían reducido a mínimos. El
gabinete en general era favorable a las demandas sionistas
y concretamente Mark Sykes, experto en Oriente Próximo
y en ese momento secretario del Gabinete de Guerra que
presidia Lloyd George, fue muy sensible a esta influencia
sionista, transmitida de forma vigorosa y visible a las más
altas instancias políticas británicas por Weizmann, cabeza
visible del movimiento sionista, famoso químico y profesor
5
.
Pero el sionismo había ido capturando las voluntades
de la mayor parte del Gobierno británico, incluyendo a
5
Chaim Weizmann (1874-1952) había nacido en Bielorrusia en el seno de
una familia acomodada, lo que le valió para realizar estudios en diversas
universidades europeas hasta establecerse en Manchester, en 1901, como
profesor de química. En Inglaterra desarrolló su doble carrera, como químico y
como sionista, enfrentándose incluso a Theodor Herzl, considerado fundador
del sionismo y autor del texto fundacional, El Estado judío (1895), por haber
aceptado este la oferta británica de asentar a los judíos en Uganda como
territorio de soberanía. Aunque era hombre de gran capacidad intelectual
y política, se suele señalar que parte de su influencia sobre los dirigentes
británicos se debió a que como sintetizador de la acetona aportó una vía
eficacísima para la producción de explosivos, ampliamente aprovechada por
Gran Bretaña en la situación de guerra existente. Sería elegido en 1949
primer presidente del Estado de Israel.