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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
fanatismo religioso, desempleo, etc. El establishment o
la élite económica y política parecen ser el blanco que los
nuevos movimientos de extrema derecha quieren acabar.
En efecto, la tecnocracia liberal también ha creado un efecto
de disociación entre el verdadero sentir (frustración) de las
personas que se sienten engañadas por las élites políticas y
las soluciones reales a sus problemas económicos y sociales.
Bajo el liberalismo, el poder político parecía una cosa
abstracta para el votante medio. Ahora, las promesas de los
partidos de derecha extrema incluyen, entre otras cosas,
regresar el poder a la gente. Lo hicieron ya con el Brexit
en Gran Bretaña y con Trump en el caso de los Estados
Unidos. La prueba de fuego todavía está por pasar: las
crisis económicas en Grecia e Italia, así como el porvenir
político en Francia y Holanda.
Conclusiones
¿Está todo perdido para Europa y para las democracias
liberales? No, siempre y cuando las personas no pierdan
de perspectiva los logros de las democracias liberales.
Desde una perspectiva histórica, parece evidente que la
humanidad actualmente disfruta de la era más pacífica y
próspera jamás vivida: la expectativa de vida ha aumentado
en los últimos 50 años en todo el mundo, haciendo que más
personas mueran de vejez que de epidemias; más personas
mueren de suicidios que por guerras, crímenes y terrorismo
juntos, solo por mencionar algunos ejemplos (Wang, 2016).
Las élites políticas miran con horror eventos como el
Brexit y todos los posibles exits que podrían concretarse a
lo largo del 2017 y 2018. Esperan, de alguna manera, que
el electorado crea de nuevo en el verdadero liberalismo y
salve a la Unión Europea del desastre de la desintegración.
Probablemente lo más difícil para el liberalismo sea
recuperar la confianza, porque la alianza tradicional entre
la ética liberal y el capitalismo económico está a punto del