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Cátedra de Coyuntura Internacional
la confianza entre los políticos, entre sus ciudadanos y las
empresas que deciden invertir y confían en que el proyecto
europeo es creíble y su moneda irreversible.
Algunos dicen que la estabilidad económica de la
Unión Europea no se verá afectada por el Grexit porque la
Unión ha creado suficientes mecanismos de protección para
el resto de los países. Es más, es posible que, si Atenas está
comprometida en romper sistemáticamente los acuerdos
y reglas establecidas, entonces la separación política y
económica será inevitable. Antes de que esto suceda, al
menos Bruselas tiene que estar muy segura de que el límite
ha sido superado en un país donde la mayor parte de sus
ciudadanos todavía está a favor del euro, y que ha sufrido
con lágrimas y sangre el enorme sacrificio para permanecer
unida a la idea del proyecto europeo.
En estos momentos de dificultades y escepticismo,
la Unión Europea parece necesitar un importante y
tranquilizante impulso para cada uno de sus miembros.
Un impulso basado en la confianza, similar a aquel que le
dieron los líderes políticos al momento de que la Unión tuvo
sus orígenes hace más de 70 años. Un impulso basado en
las oportunidades, similar a las dadas a Alemania para que
jugara como miembro igualitario dentro de la Unión a pesar
de que en 70 años (1870-1939) Alemania había invadido al
menos tres veces a sus vecinos. De igual manera, para el
bien de la Unión, a Grecia se le ha dado otra oportunidad
para empezar a trabajar mejor por un proyecto europeo
común.
El «Brexit»: Crónicas de una separación anunciada
El 23 de junio del 2016, en un histórico referéndum,
el Reino Unido votaba con un 52 % a favor de invocar el
artículo 50 del Tratado de la Unión Europea para finales de
marzo del 2017 sobre procedimientos de salida de un Estado
del proyecto europeo. Una vez invocado el artículo 50, el
Reino Unido tendría dos años (hasta marzo del 2019) para