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Cátedra de Coyuntura Internacional
subsidiados y situaciones
ocasionales de escasez de
esos productos (Arenas,
2010b; Vera, 2008).
Quizás estos
problemas habrían sido
menos amenazantes si
a ellos no se les hubiera
añadido el sorpresivo
anuncio de la enfermedad
de Chávez, a fines de
junio de 2011. A pesar del secretismo con el que se
manejó el caso, la visible evolución de la enfermedad
obligó a enfrentar el tema de la sucesión. Cuando el
Consejo Nacional Electoral (CNE), totalmente alineado
con el régimen, adelantó las elecciones presidenciales,
tradicionalmente hechas en diciembre, para octubre
de 2012 envió una señal inequívoca sobre el cercano
desenlace de la enfermedad. La campaña electoral
se caracterizó por una violación aún mayor que en las
elecciones anteriores de todas las normas de separación
entre el Estado, el presidente y su partido: los recursos
del Gobierno y de las empresas del Estado fueron puestos
abiertamente al servicio de la campaña. Se intensificó la
distribución de renta petrolera y, en general, se orientó
el gasto público a vencer a toda costa
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. Chávez obtuvo
una nueva victoria, impulsada en parte por la activación
de los sentimientos de afecto y solidaridad frente a lo
que se sabía era un desenlace inevitable; y quizás por
las mismas motivaciones, el oficialismo triunfó en las
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El exministro de planificación, Jorge Giordani, en una reflexión crítica ante el
gobierno de Maduro, expresaba: «En este camino del proceso bolivariano era
crucial superar el desafío del 7 de octubre de 2012, así como las elecciones
del 16 de diciembre de ese mismo año. Se trataba de la consolidación del
poder político como un objetivo esencial para la fortaleza de la revolución y
para la apertura de una nueva etapa del proceso. La superación se consiguió
con un gran sacrificio y con un esfuerzo económico y financiero que llevó
el acceso y uso de los recursos a niveles extremos que requerirán de una
revisión para garantizar la sostenibilidad de la trasformación económica y
social» (2014).
Quizás estos
problemas habrían
sido menos
amenazantes si
a ellos no se les
hubiera añadido el
sorpresivo anuncio
de la enfermedad de
Chávez, a fines de
junio de 2011.