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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

facultades constitucionales y, finalmente, evitar que los 

ganadores asuman sus cargos o que los funcionarios 

elegidos concluyan sus mandatos.

A pesar de estos mecanismos, en algunos casos 

la oposición ha derrotado al gobierno impulsando la 

democratización, pero ese resultado democratizador es 

mucho menos frecuente que la estabilización electoral del 

régimen autoritario (Brownlee, 2009; Gandhi y Lust-Okar, 

2009). Algunas condiciones pueden favorecer o perjudicar un 

resultado democratizador. Schedler (2010) destaca el papel de 

la movilización de electores o de las protestas de la oposición 

contra las condiciones electorales sesgadas para reforzar 

la incertidumbre sobre el resultado electoral. En un estudio 

similar, Howard y Roessler (2006) constatan que solo un 30 % 

de ese tipo de elecciones produjo un resultado liberalizador e 

identifican tres variables claves que favorecen esta opción: la 

existencia de una coalición opositora, el grado de movilización 

de la oposición y la no participación del gobernante como 

candidato (cuando se trata de elecciones para el poder 

ejecutivo). Para Lindberg (2009), las elecciones en contextos 

autoritarios pueden contribuir a la democratización si aumentan 

el costo para los gobernantes de reprimir a la oposición y 

disminuyen el de tolerarla. La unidad o coordinación entre los 

opositores tienden a favorecer este resultado.

En el caso del régimen venezolano, aunque sus 

tendencias autoritarias fueron percibidas desde antes de 

su llegada al poder, se hicieron más visibles a medida que 

avanzaban en su control sobre el Estado y la sociedad 

(Arenas y Gómez Calcaño, 2006a, 2006b). Muchas de las 

políticas emprendidas en esos años corresponden a rasgos 

característicos del autoritarismo electoral o competitivo, y 

diversos estudios lo han caracterizado como tal

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 Algunos análisis del régimen chavista como autoritarismo electoral son los 

de Arenas (2010a); Jiménez Monsalve (2012), Gómez Calcaño y Arenas 

(2012), Brandler (2013), Alarcón y Álvarez (2014), entre otros. Chaguaceda 

y Puerta (2015) siguen la evolución del régimen desde una etapa inicial de 

democracia delegativa a una de franco autoritarismo electoral.