En el 2012, se inauguraba la primera planta de producción de ecofiltro en el municipio de Ciudad Vieja, departamento de Sacatepéquez en Guatemala; con la nueva planta, la producción de filtros se incrementaría de 1,200 a 10,000 unidades mensuales, lo que significaría un incremento de 400% de su capacidad de producción. Philip Wilson gerente general de la compañía había informado que la inversión había sido de US$ 1.3 millones.
La producción de los filtros hasta este momento, se había hecho de forma artesanal; sin embargo, por el crecimiento de la demanda y por los planes de expansión que tenía la compañía, la nueva fábrica permitiría industrializar el producto y expandirse a otros países. Philip Wilson indicaba que deseaba que se produjeran los filtros en otros países y que las personas pudieran adquirirlos a precios más accesibles, sin embargo, esto significaba crear un modelo de negocios sostenible, que pudiera replicarse en cada país y que siguiera teniendo un enfoque social que era parte importante de la razón de ser de ecofiltro.
En el año 1980, el científico guatemalteco Fernando Mazariegos, inventó el ecofiltro como resultado de su trabajo de investigación en la búsqueda de una solución económica, ecológica, eficaz y fácil de la purificación del agua, sobre todo para las áreas rurales de poco acceso al agua purificada. El invento lo había desarrollado cuando trabajaba en el Instituto Centroamericano de Investigación y Tecnología Industrial (ICAITI).
El ecofiltro era un purificador de agua potable, que se fabricaba por medio de una mezcla de barro y aserrín, que se convertía en cerámica porosa que luego se impregnaba con un bactericida llamado Plata Coloidal. Actuaba por gravedad y los diminutos poros permitían filtrar elementos contaminantes como quistes de parásitos, bacterias que causan diarrea, cólera y otras enfermedades producidas por consumidor agua contaminada, además podía remover coliformes fecales que eran muy comunes en las aguas contaminadas. El agua debía colocarse dentro del filtro para que después de unas horas, el agua saliera fresca y cristalina.
Philip Wilson, siempre había tenido interés en crear y participar en proyectos sociales, es así como en el año 2007 inicia a trabajar en un proyecto que se enfocaba a la nutrición e higiene hacia las áreas rurales, y en dónde se habían detectado que unos de los principales problemas en la áreas rurales era la contaminación del agua que producía muchas enfermedades intestinales, su hermana que formaba parte de la asociación que ejecutaba el proyecto, conoció al ingeniero Fernando Mazariegos inventor de ecofiltro.
El filtro se distribuía a comunidades rurales de Guatemala, con financiamiento de organizaciones no gubernamentales y cooperación internacional, la actividad social consistía en donar estos filtros a las comunidades; sin embargo la principal debilidad de esta acción era que no resolvía del todo el problema del agua purificada ya que cuando el filtro llegaba a su ciclo de vida útil ya no era remplazado por las familias beneficiadas, ya que la donación no era recurrente y éstas familias carecían de capacidad monetaria para adquirir un nuevo filtro que tenía un costo de aproximadamente Q600; además la crisis económica había disminuido la ayuda internacional y era más difícil captar fondos para seguir donando los filtros.
Así es como en el año 2009 se crea Ecofiltro S.A. una empresa privada con sentido social por medio de un modelo de negocio que permitiera una empresa rentable económicamente, pero que además se siguiera llevando agua purificada a comunidades rurales a un precio accesible.
El modelo de negocio que se estableció fue en base a la innovación del producto y las necesidades detectadas tanto en área urbana como en áreas rurales, se debería diseñar un modelo de negocio que pudiera captar consumidores en las áreas urbanas quiénes poseen un poder adquisitivo mayor de manera que con estas ganancias se pudiera vender el producto a las áreas rurales a precios accesibles.
