Alejandra Gutiérrez Valdizán /
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¨Como buenos, buenos. Como malos, mis respetos”
William de Jesús Torres Solórzano alias “Comandante W” es recon-
ocido por las entrevistadas y por medios especializados, como el con-
tacto en Guatemala con la dirigencia mexicana, cuando ésta aún no
estaba fracturada. W fue apresado en Puebla, México, el 24 de julio
de 2012. Torres Solórzano, según las entrevistadas, estaba a cargo
del ala administrativa, a cargo del del trasiego, del movimiento de
armas, de la instalación de puntos de seguridad: la logística. Mien-
tras que Z200 (cuya identidad aún no está bien definida) se encar-
gaba del ala operativa.
Por lo que dice Carmen, “W” o “el patrón” también se hacía cargo
de las relaciones públicas, las alegres recepciones y los almuerzos
ejecutivos. Por ejemplo, él organizaba las reuniones con Walter
Overdick, conocido como “El Tigre”, el capo cobanero que optó
por la estrategia de aliarse a los recién llegados al país, quien fue
capturado y ahora espera la extradición a Estados Unidos.
A comandante W una de ellas lo describe como un tipo “honor-
able”, respetuoso, con reglas claras de cómo se debía tratar a las
mujeres en la organización. Si alguien del equipo pretendía a alguna
de las pocas mujeres que trabajaban para él, primero le tenían que
pedir permiso y el consultaría con la aludida para saber si estaba
interesada. De ser así, él daba la aprobación. Bajo el mando de W,
ellas estaban seguras. Era un hombre responsable y discreto, dicen.
Su mujer pagaría las consecuencias de tanta discreción; vivía en una
soledad desgarradora.
Dicen ellas que cuando llegó la información de que Z200, el otro
comandante, había entrado a la finca Los Cocos en Petén y que bajo
su mando fueron asesinados 27 campesinos, 25 de ellos decapitados,