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/ De esclavas y de siervas: víctimas del crimen en Guatemala

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-Tal vez yo era una buena persona, pero esos resentimientos me 
fueron dañando.

Siempre hay algo, un momento que parece insignificante, una histo-
ria atroz, una herida. Hay un segundo, una fracción de tiempo, en 
el que ellas pudieron decir “no”, pero no lo hicieron. Dieron un giro 
al timón.

David Martínez Amador, columnista e investigador experto en et-
nografía y conducta criminales, aún ve grandes trechos entre lo que 
sucede en México y lo que se mueve en Guatemala. Las mujeres aún 
no participan en los carteles como lo hacen en México.

-No he visto aquí en Guatemala a una mujer portando un cuerno de 
chivo (rifle de asalto AK-47), como sí lo he visto en México.

Pero tampoco duda de que se vayan gestando cambios en las empre-
sas familiares que constituían los grupos de narcotráfico, muy ter-
ritoriales, donde parece conservarse el modelo de la mafia italiana 
patriarcal. Pero  en las mafias se transformó, en México hay cambios 
evidentes y Guatemala podría seguirle los pasos. Se habla ya de al-
gún grupo en que fue apresado el líder y su mujer se hace cargo del 
negocio.

Cuando el jefe es apresado o asesinado, es probable que tome el 
poder la persona de más confianza para él.

-¿Quién va a ser la persona de más confianza sino su mujer?- dice 
Martínez.

En los mandos bajos y en los mandos medios, aún no se observa 
una participación tan activa como sí sucede en las pandillas, o en 
grupos del crimen organizado relacionado con las extorsiones, se-