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/ De esclavas y de siervas: víctimas del crimen en Guatemala

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fue un pariente, un primo del pandillero, que también era pandillero. 
Y no le importó, porque su familia es la pandilla y no la de sangre.

Guzmán asegura que es más común que los asesinatos provengan de 
la misma pandilla que de la pandilla rival.

-En la pandilla 18, por lo menos, se ha descubierto que ellos castigan 
con la muerte a sus miembros cuando cometen una falta.  En general, 
en la 18 matan más a sus mujeres a que la otra pandilla le mate a sus 
mujeres. Por eso decimos que uno de los grandes enemigos de esa 
organización son ellos mismos.

Marcados por la Zeta

-¿Cómo va a titular lo que escriba?- dice sentada en la oficina de la 
directora de la prisión.

No espera respuesta.

-Porque si el titular va a ser “Zetas asesinos, Zetas sanguinarios”, yo 
no hablo.

Ana no disimula el fastidio y la desconfianza. Inclina la cabeza hacia 
atrás, para que los ojos queden entornados, como quien ve desde 
arriba, aunque esté sentada.

Sale al rescate Lilian, a quien yo había entrevistado hace unos años, 
cuando ella recién había ingresado a prisión. Lilian lleva ya cinco 
años por tráfico de estupefacientes. Una maleta con cocaína detecta-
da antes de despegar. En aquella entrevista reconoció su culpa; no se 
consideraba víctima. ¿Su motivación?

-Equipar con balones, espejos y pesas el gimnasio que recién había 
instalado.