Alejandra Gutiérrez Valdizán /
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dillas. El ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, en una
entrevista reciente a El Faro.net aseguraba que los índices de ases-
inatos desde las pandillas, a diferencia de El Salvador, se relacionan
más con delitos a la ciudadanía relacionados con las extorsiones y
el secuestro. Según Ricardo Guzmán del MP el 50 por ciento de las
muertes violentas proviene del crimen organizado, incluidas pandil-
las y narcotráfico. Y, el fiscal calcula que aproximadamente el 40
por ciento del universo de los asesinatos del crimen organizado cor-
responde a las pandillas.
Pero, hay un dato que es muy complicado de cuantificar y es el de
los homicidios cometidos dentro del mismo círculo de las pandillas.
Los pandilleros matando, como castigo, a los de su propio clan, y en
muchos casos a las mujeres. O los de la otra pandilla asesinando a
mujeres por venganza a sus rivales.
-Lo que hemos descubierto, por ejemplo, con las mujeres que apa-
recen desmembradas, que es algo muy cruel- es que las matan las
pandillas. Es posible que el mismo marido la mande a matar, pero la
manda a matar por una falta que comete hacia la pandilla. Pero, en
general, no es el marido, sino que es el jefe de la organización.
Como se ha explicado, las mujeres en muchos casos llegan a la pan-
dilla por una relación amorosa, o incluso por ser madres y herma-
nas. Se ven obligadas a sobrevivir y a ayudar a los pandilleros en
prisión. Por eso mismo también resultan recibiendo el castigo que
algún hombre de la familia comete. Guzmán ejemplifica con el caso
de un pandillero que se quedó con el dinero de una extorsión y huyó
a otro sector de la prisión.
-Mandan a llamar a la mamá y le dicen “mire, su hijo le va a dar un
dinero”. Pero la madre no llega y, en su lugar envía al esposo y a la
hija. Y terminan matando a la hermana y al papá. No fue ella la que
cometió la falta, pero termina pagando. Y de hecho, quien los mató