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/ De esclavas y de siervas: víctimas del crimen en Guatemala

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cifras son poco claras. Mauricio López Bonilla, afirma que son entre 10 
mil y 15mil pandilleros.  Mientras que Emilio Goubaud opina que “en 
la actualidad no es posible cuantificar el número de miembros, pues han 
optado por no tatuarse y ya no visten como “cholos” –la moda holgada 
de las pandillas en Estados Unidos-, además ya no pertenecen en “sus 
puntos” –o en sus áreas-“. Tampoco se sabe con exactitud cuántas mu-
jeres están implicadas en estos grupos, o cuántas de ellas se dedican a 
delinquir.

Rodolfo Kepfer es psiquiatra y ha trabajado con jóvenes privadas de lib-
ertad en centros correccionales. También dirigió un estudio sobre  femi-
cidio en Guatemala.

-En las pandillas yo diría que muchas de las victimarias son mujeres.

-¿Así de seguro?

-Sí, hay sicarias. Una de las patojas (muchachas) me dijo que había mat-
ado a ocho, y era un tipunquito (bajita) así de 16 años. Yo he detectado 
una especie de voluntarismo, una voluntad criminal.

-Se dice que son coaccionadas, forzadas.

-Mirémoslo así, las mujeres que yo vi, tenían claramente relaciones con 
los pandilleros, estaban marcadas por una fuerte organización, una 
fuerte hostilidad y una fuerte capacidad agresiva. Estamos hablando de 
una mentalidad criminal y de una sociedad en que la criminalidad rinde 
beneficios económicos fáciles.

-¿Por qué hay más criminales hombres que mujeres?

-Surge desde que el hombre era cazador y la mujer se encargaba del 
huerto, pero siento que una de las cosas que ha pasado en el auge de