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/ De esclavas y de siervas: víctimas del crimen en Guatemala

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Crítico, ante todo, con los políticos y los gobiernos que dan la espalda 
descaradamente a la situación de los migrantes, a lo que sucede en el 
país para que ellos se vean obligados a huir. Desconfía de la “foritis” 
y “reunionitis” del Gobierno y de las organizaciones que gastan mil-
lonarios recursos y tiempo en discutir las problemáticas que él intenta 
aplacar desde la casona que fundó hace quince años en Tecún Umán.

–De cierta forma siempre ha habido trata. Ahora la situación es 
más dramática con el crimen organizado, los grupos, no pongo 
a los Zetas, no son parte todos de los Zetas. Ahora es la moda 
de los Zetas y los Alfa y los mareros. Siempre hubo delincuen-
cia común, de que tengan mayor organización, puede ser, han 
ganado experiencia. Yo también he ganado experiencia, es lógi-
co, como cualquier profesión. Pero todo esto se ha posibilitado 
porque se ha criminalizado la migración. Si México da una 
visa, todos van en avión y se termina la violencia. No necesitar-
ían de coyotes, de traficantes. Las mismas políticas de EEUU 
han creado y fomentado y enriquecido el tráfico de personas, 
no dejan de ser culpables de toda la violencia que se genera.

Barilli afirma que casi todas las centroamericanas cuando lle-
gan a Nuevo Laredo han tenido que “hacer trabajos”, porque 
se han quedado sin dinero.

–Al decir trabajo ya sabe usted qué significa. Bailes, prostitu-
irse, atender a todos, porque no es sólo a narcos, es a todo el 
mundo que busca esos lugares, (y las mujeres) necesitan dinero. 
Son víctimas, pero el mismo sistema que criminaliza al migran-
te les impide denunciar. La mayoría de ellas tienen hijos y van 
para sostener a sus familias. Pero mientras no se combata de 
otra forma…

La clave para Barilli es la prevención. “Sabemos que todo migrante 
es posible víctima de trata y que las mujeres son más vulnerables