INCENTIVOS DETERMINANTES DE LA INVERSIÓN PÚBLICA EN GUATEMALA: UNA APROXIMACIÓN CON BASE EN LA TEORÍA DE JUEGOS 

REVISTA ACADÉMICA ECO (16) : 25-47, ENERO / JUNIO 2017

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efectiva (Whitehead y Gray-Molina, 1999). Las capabilities políticas de los pobres 
determinan si emplean constructivamente el capital social (redes compartidas, 
normas y valores creados por medio de la interacción social), o si crean capital social 
donde hace falta.De ese capital social y de las mejoras duraderas y sostenibles, 
dependerá la capacidad colectiva para defender y construir sobre los logros (Foley 
y Edwards, 1997).

Moore y Putzel (1999) proponen la paradoja en que el desarrollo es más fácil 
de alcanzar mientras metafóricamente se esté más lejos de la línea de salida. 
La capacidad de los pobres para crear organizaciones eficaces es mayor en 
aquellos lugares que generalmente son más prósperos y hay mayor calidad de 
la gobernanza. Esta paradoja se agrava al considerar, como se vio antes, que los 
sectores históricamente más favorecidos por la inversión pública y por ende con 
mayor desarrollo, son quienes continúan recibiendo dichos beneficios.

Debe resaltarse que los sectores pobres en lugares afectados por la mala 
gobernabilidad, tienen el mismo interés que el resto de la población pero con 
menores capacidades de organización. El resultado del juego confirma que en 
Guatemala, en áreas rurales donde la pobreza es especialmente aguda, es difícil 
sostener una organización eficaz que involucre a las personas de forma continua, 
según Putzel (1995). Por tal razón, las poblaciones rurales pobres rara vez mantienen 
organizaciones políticas coherentes y abarcadoras, logrando difícilmente impactar 
en políticas públicas y; sus formuladores suelen ser más receptivos que proactivos.

La participación activa en la vida pública requiere costos de informarse, transportarse 
y coordinar acciones entre actores; los cuales pueden ser elevados, en términos 
monetarios o de tiempo. La acción colectiva tiene carácter de bien público, por 
lo que muchos prefieren ser free riders: no asumir el costo de participar y esperar 
el beneficio de la participación ajena. Esta paradoja de la acción colectiva predice 
que ningún ciudadano participará. Pese a ello, en la realidad, la ciudadanía sí logra 
coordinar y movilizarse en distintas formas. Por otro lado, si la población percibe 
que sus reclamos son inútiles y el Estado no puede resolverlos, puede decidir no 
participar por los costos, y las ganancias limitadas e inciertas que representa. 

Los programas públicos pueden dar incentivos poderosos, como evidenció 
Houtzager (1999). Moore y Putzel (1999) señalan los mecanismos en que las 
políticas públicas afectan a los pobres y provocan su organización.La movilización 
perversa originada por gobiernos al movilizar a los pobres (por ejemplo, 
desplazamiento forzado para construir carreteras), provocándoles de alguna forma, 
es un incentivo poderoso, aunque temporal, localizado y arbitrario. En cambio, las 
promesas incumplidas suelen dar estímulos más permanentes (Herring, 1999). 
Pero, primordial para el análisis de este trabajo, es la exclusión, que es uno de los 
incentivos más poderosos. 

En el resultado del juego, la exclusión puede ser un incentivo poderoso a pesar de 
los diversos obstáculos para organizar y unificar a la población pobre en la demanda 
de la satisfacción de sus necesidades de inversión. Las poblaciones pobres están