SIBYL ITALIA PINEDA S.

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REVISTA ACADÉMICA ECO (16) : 15-24, ENERO / JUNIO 2017

se espera que estos posean para adaptarse a las 
nuevas estructuras productivas y financieras, cuyo 
resultado puede considerarse una metamorfosis del 
mundo del trabajo.

La naturaleza de una metamorfosis del trabajo se 
encuentra en el hecho de que los trabajadores han 
pasado a ser considerados como los responsables 
de crear y desarrollar las condiciones que les 
permitan garantizar su propia empleabilidad

10

, es 

decir, insertarse exitosamente al mercado laboral 
y, al mismo tiempo, capacitarse constantemente 
para enfrentarse a estructuras productivas que son 
cada vez más flexibles, inciertas y llenas de riesgos 
productivos y financieros.

Dicha metamorfosis es primordial en la 
interpretación de los fenómenos laborales debido 
a que representa una ruptura en la concepción del 
trabajo humano, propia de la economía política, 
pues ya no se trata del uso de una cierta cantidad 
de fuerza de trabajo durante un período de tiempo 
determinado, ni tampoco de un problema de 
combinación eficiente del trabajo como un factor 
productivo (Foucault, en Agüero, 2013), sino, más 
bien, de la transformación de la economía y de la 
sociedad en unidades-empresas. Una construcción 
alrededor del concepto de sociedades como 
unidades-empresas implica, al mismo tiempo, una 
forma básica de racionalización en la que el homo 
economicus
 maximiza beneficios como un inversor-
capitalista, es decir, un individuo poseedor, no de 
“un capital-dinero, sino de un capital-destreza”, 
y a partir del cual “deciden dónde invertir -en qué 
empresa y por cuánto tiempo-”, lo cual implica que 
la inversión significa todo aquello relacionado con 
gastos que le permiten acrecentar sus competencias 
(López-Ruiz, 2006:88).

10 En este artículo, se retoma el concepto de “metamorfosis 
del mundo del trabajo” presentado por Antunes (2000). Sin 
embargo, se considera que Antunes únicamente plantea a 
la metamorfosis en términos del surgimiento de tendencias 
complejas, heterogéneas y contradictorias, pero aquí se 
considera que la verdadera naturaleza de la metamorfosis se 
encuentra en que las transformaciones objetivas y subjetivas 
del trabajo desembocan a un punto en común: el capital de 
competencias.

Conclusiones

Las transformaciones políticas y económicas 
de los últimos treinta años han dado paso a una 
metamorfosis en el mundo del trabajo. Dicha 
metamorfosis se caracteriza por trastocar la manera 
en que se organiza el proceso de producción (formas 
flexibles, polivalentes, precarias e informales) y por 
definir una nueva subjetividad de los trabajadores, 
bajo la cual la cultura colectiva de clase se ha vuelto 
mucho más difusa al ser sustituida por una serie de 
proyectos y metas individualistas. 

La naturaleza de esta metamorfosis se encuentra 
en la posibilidad de que a los trabajadores no solo 
se les conciba como propietarios de un capital-
destreza, sino que se les considere personalmente 
responsables de las condiciones bajo las cuales se 
insertan en el mundo del trabajo, pues estos poseen 
las capacidades que les permiten hacer frente a las 
nuevas condiciones de riesgo, tanto productivo, 
como financiero. 

La importancia de comprender los orígenes de 
la transformación profunda de las relaciones 
laborales de la actualidad, así como la naturaleza 
de la mutación en el mundo del trabajo, radica 
en vislumbrar, por un lado, el contexto histórico 
y social específico que la ha generado, y por 
otro, la necesidad urgente de construir un marco 
analítico que explique teóricamente la ruptura en la 
concepción del trabajo y de los trabajadores en las 
sociedades contemporáneas y, con ello, empezar a 
plantear el rumbo que tomará el mundo del trabajo.