LA METAMORFOSIS EN EL MUNDO DEL TRABAJO

REVISTA ACADÉMICA ECO (16) : 15-24, ENERO / JUNIO 2017

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hacerla concordar con los intereses del patrón 
(Olivera en Sotelo, 2010) y porque crea una 
ideología de servicio y docilidad, en la que se 
hace un llamado a la responsabilización, a la 
movilización subjetiva y al involucramiento 
total en el trabajo (Soto, 2009). 

c. Logra colocar la noción de empleabilidad 

como “el pilar central para la comprensión 
de los fenómenos del empleo, al punto 
de perfilarse como el referente central de 
igualdad para el siglo XXI” (Gazier en Soto, 
2009). Para Boltansky y Chiapello (1999), la 
empleabilidad podría proyectarse como una 
especie de capital personal que se centra 
exclusivamente en la iniciativa individual. 
Dicho capital les permite gestionar y construir 
sus competencias de manera completamente 
adaptable a los valores y a la cultura interna 
de las empresas, a partir de la adición de 
competencias que sean completamente 
moldeables. Dicha noción se desarrolla 
alrededor de una ideología que Le Goff (1993) 
llama managerial, es decir, ideas vinculadas 
a la necesidad que tienen los individuos de 
buscar incesantemente oportunidades que 
les permitan incrementar sus competencias, 
de modo tal que pueda construirse una 
carrera que se ajuste a condiciones cada vez 
más inciertas e informalizadas. Esta noción 
se constituye como la piedra angular para 
la comprensión de los fenómenos laborales 
contemporáneos, en cuanto a que se 
proyecta como una ideología que refleja con 
bastante claridad una característica subjetiva 
del trabajador contemporáneo, pues este ya 
no se percibe como un asalariado en masa y 
como miembro activo de un colectivo social 
(como lo eran los sindicatos), sino como un 
individuo que, sobre la base de sus propias 
cualidades, su iniciativa y su capital de 
competencias, es libre de tomar decisiones de 
gestión y elegir sobre aquellas cuestiones que 
mejor le parezcan en términos de su presente 
y futuro.

Estos tres elementos tienen un impacto importante 
en los tres tipos de identidades laborales que 
construyen la subjetividad de los individuos. 
Respecto a su identidad del empleo, se borra 
por completo la certidumbre de un empleo 
vitalicio y se introducen criterios de corto plazo 
y de flexibilidad que necesariamente marcan las 
experiencias con los otros trabajadores miembros 
del “equipo”. Este equipo no es tal, ya que en 
este se da prioridad al interés de lograr proyectos 
individualistas claramente establecidos por los 
mercados internos, lo que significa un “equipo” 
cuyos colegas representan individuos que fiscalizan 
y con los que se compite. El proceso de formación, 
tanto académico, como profesional, se vuelve 
sumamente relevante, no por el conocimiento en 
sí mismo, sino por el hecho de que es este el que 
permite ser más flexible y adaptable, posibilita la 
movilidad permanente en el mercado de trabajo, 
y hace más tolerables los riesgos. Por otro lado, la 
identidad de trabajo se modifica profundamente, 
ya que la cultura obrera desaparece y se sustituye 
por una serie de individuos que buscan producir 
su propia satisfacción. Además, la dignificación ya 
no se logra a través del trabajo mismo, sino que se 
logra por medio de las recompensas extrínsecas 
que se pueden obtener a través del capital de 
competencias.Finalmente, la pertenencia de clase 
desaparece, de modo que es muy difícil lograr 
alcanzar la “unidad -organizativa, expresiva, 
simbólica- y una identificación en común” (Anton, 
2008: 132).

En consecuencia, consideramos que estas 
transformaciones, tanto a nivel objetivo, como 
subjetivo, son fundamentales, debido a que 
desembocan en un elemento común: que la clase 
trabajadora se vea en la necesidad de activamente 
buscar desarrollar capacidades y habilidades que le 
permiten adecuarse y enfrentar la incertidumbre 
de las relaciones flexibles y efímeras, y, por tanto, 
que los faculten para sobrellevar las cargas y riesgos 
financieros. Con ello se ha generado un nuevo orden 
social cuya exigencia a los individuos es mayor en 
términos de las competencias y habilidades que