LA ECONOMÍA DE SOLIDARIDAD: UNA FORMA INNOVADORA DE ALCANZAR EL DESARROLLO EN LAS MICRO, PEQUEÑAS Y
MEDIANAS EMPRESAS
REVISTA ACADÉMICA ECO (14) : 71-84, JUNIO 2016, ISSN: 2312 - 3818
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Al inicio de esta sección se menciona que las
personas han dejado de producir o bien lo que
producen no puede competir en el mercado. Esta
situación en buena medida es provocada por la
apertura de mercados. Dicha apertura es positiva
en el sentido de que se amplían las opciones para
el consumidor (cuidado con esto porque el sistema
ha convertido a la sociedad en consumista egoísta),
genera competencia (pero si no tienen las mismas
condiciones de inicio los grandes se comen a los
pequeños), debería evitar monopolios, entre otros.
En la práctica lo que ha sucedido al abrir economías
como la de Guatemala es que las desigualdades se
han incrementado, ya que históricamente la mayoría
de la población están en desventaja para competir
(falta de capital financiero, educación, salud,
capital social). Antes de que puedan prepararse (las
personas ni el Estado), la competencia llega. Una
vez abierta la economía se vuelve un círculo vicioso
del cual es imposible salir, se reproduce el mismo
sistema consumista sin reflexión.
El mercado financiero (MF) desempeña un rol muy
importante al facilitar las transacciones financieras
y estimular la inversión. Se pensaría que tener
acceso a un mercado financiero con mayores
opciones sería beneficioso, nuevamente debemos
preguntarnos ¿beneficioso para el crecimiento o
para el desarrollo? Lo que se ha visto en Guatemala
es que, independientemente de qué porcentaje
de sus recursos (del MF) se destinen a inversiones
empresariales (acceden a este los que más
capacidad tienen), un gran porcentaje se ofrece
al público (como espejismo en el desierto), y una
vez más las condiciones precarias (falta de recurso
económico, poca educación financiera, poca
capacidad de análisis) y la falta de institucionalidad
que fiscalice y ponga límites a la especulación, han
creado el ambiente propicio para que las personas
se endeuden, porque en vez de realizar inversiones
gastan el dinero. Al no haber retorno, cumplir con
los compromisos de deuda se torna imposible,
provocando desde la mayor limitación a la
satisfacción de necesidades básicas, hasta pérdida
de su escaso capital físico.
En lo que se refiere a estabilidad macroeconómica,
se podría decir que Guatemala como país
se ha mantenido estable, el problema es
que simultáneamente la inestabilidad social
(¿patología?) ha venido en incremento. Entonces
vale la pena preguntarse ¿le seguimos apostando
como país al crecimiento? o ¿mejor comenzamos a
enfocarnos en el desarrollo sustentable?
En cuanto a la repercusión que el tamaño del
gobierno pueda tener en el crecimiento económico,
para el caso de Guatemala se observan dos grandes
realidades: por un lado este factor no ha impedido
que haya progresivo crecimiento económico,
a pesar de que con los cambios de gobierno
este crece. Por otro lado, ante la denuncia de la
red de defraudación “la línea” y las cantidades
espectaculares que por años han venido saqueando
al pueblo guatemalteco se hace evidente otro
factor que ha impedido el desarrollo.
Entre más abierta la economía, más dependiente
es de factores externos. Un claro ejemplo estamos
viéndolo en la variación en los precios del petróleo.
En su momento de gran alza en el precio del
barril los precios se incrementaron, no solo de los
derivados directos (combustibles) sino de todos
los productos. Ahora que baja el precio del barril,
se ha comenzado a percibir la baja, no solo en los
derivados directos, sino también en variedad de
productos, sobre todo importados, muchas veces
disfrazados de ofertas (ropa, zapatos, comida
importada, etc.).
A lo largo de esta sección, en distintas ocasiones
se ha resaltado que las principales beneficiarias del
crecimiento económico son las grandes empresas,
aunque también se reconoce que son las que más
competitividad generan, pero ¿qué hay de las micro,
pequeñas y medianas (mipymes)? En la siguiente
sección se analizan algunos puntos al respecto.