JUAN FERNANDO DÍAZ LARA

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REVISTA ACADÉMICA ECO (14) : 45-58, JUNIO 2016, ISSN: 2312 - 3818

Conclusiones

A partir de lo expuesto en el documento, puede 
concluirse que el tratamiento de la innovación como 
una variable relevante para explicar los cambios 
en el patrón de producción de las economías es 
todavía incipiente y esto ha conllevado a que las 
metodologías empleadas para determinar su 
contribución en los procesos productivos, requieran 
todavía una mayor profundización y un tratamiento 
más exhaustivo.

Esta profundización pasa por la búsqueda de 
un consenso para el tratamiento conceptual de 
la variable, que en algunos casos concibe a la 
innovación como un factor independiente de otros 
factores de producción vinculados al conocimiento 
y que en otros escenarios tiende a tratarse aún 
como símil de un mero proceso tecnológico.

A partir de los postulados enunciados por 
Schumpeter, el papel del emprendedor en la 
economía es más bien un símil de innovación y no se 
circunscribe únicamente a la capacidad del individuo 
para iniciar una nueva empresa o independizarse de 
un estatus de asalariado. 

Esta concepción abre la oportunidad para que 
cualquier individuo (incluso trabajando en relación 
de dependencia) que pueda contribuir a mejorar 
la producción o implementar nuevas estrategias 
pueda ser considerado como artífice de la 
innovación, sin circunscribir su rol con un concepto 
que más bien estaría vinculado únicamente con un 
rasgo de empresarialidad (algo que suele ser un 
error muy frecuente en la actualidad).

Existe una relación directa entre la capacidad de 
innovar y las posibilidades de aumentar el nivel 
de las exportaciones en una economía, siendo 
estos factores que pueden contribuir en gran 
medida a mejorar los indicadores de desarrollo 
de un país. Por tanto, es necesario evidenciar lo 
fundamental que resulta el hecho de articular a las 

instituciones públicas que apoyan de forma directa 
los procesos de innovación vinculados con la ciencia 
y la tecnología (muy debilitadas en la mayoría de 
países en desarrollo) con las empresas privadas, 
que dadas sus mayores posibilidades de inversión  
constituyen el pilar fundamental de la mejora e 
implementación de los procesos de innovación en 
economías altamente dependientes de los cambios 
en las demandas externas.

Teniendo en cuenta el panorama actual de los 
indicadores de innovación del país, es necesario 
priorizar la cobertura y la calidad de la educación 
(no solo primaria sino secundaria) de parte del 
gobierno central, en aras de contribuir a fomentar 
la creatividad y la aplicación del conocimiento en 
los procesos productivos a todo nivel sin limitarse 
a reproducir procesos mecánicos poco aplicables o 
estimulantes de la creatividad.

En esta línea deben de incluirse las universidades 
que, en aras de velar por su sostenibilidad 
financiera, no deben de olvidar el fomento del 
estudio de carreras científicas vinculadas con las 
ciencias puras y  que determinan en el largo plazo, 
el logro de nuevas rutas que conducen a procesos 
de desarrollo más sostenibles e innovadoras (tener 
en cuenta también el sistema de costos en relación 
al personal académico y de investigación vis a vis el 
personal administrativo).

Finalmente, los procesos de innovación inmersos 
en teorías como la “nueva economía” deben 
considerarse como propuestas interesantes 
de análisis para la aplicación de herramientas 
innovadoras que logran incrementar la 
productividad de las empresas y la competitividad de 
los países, pero sin olvidar que el fin de los procesos 
innovadores no es en sí mismo la generación de 
utilidades a toda costa, sino la autorrealización del 
individuo, que dada su voluntad y sus capacidades 
logra contribuir con su conocimiento a la mejora de 
su entorno y al incremento de su participación en 
una vida económica cada vez más digna.