JUAN FERNANDO DÍAZ LARA
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REVISTA ACADÉMICA ECO (14) : 45-58, JUNIO 2016, ISSN: 2312 - 3818
conocido y logran sobrepasar la resistencia al
cambio que el medio normalmente sugiere, todo
ello con aptitudes que son parte de ellos y que los
hacen ser una pequeña fracción de la población
(Harry, 1995 en referencia a Schumpeter, 1942).
1.6.1 Los elementos esenciales de la innovación
De acuerdo con Ekelund y Hebert (2003), existen
elementos que resultan clave a la hora de ejecutar
los procesos de innovación y esto resulta de
que, para el mismo Schumpeter, un innovador
(emprendedor) no es en sí mismo un genio, sino
alguien que puede llevar a producir, comercializar
e implementar estrategias de venta, de la idea que
incluso el creador pudo no contemplar.
Dentro de los elementos necesarios se encuentra
el crédito. Esto se debe a que la puesta en marcha
de la innovación supone el traslado de recursos
productivos (que pudieron ya haberse empleado
con otro fin), de la corriente circulante para financiar
las nuevas incursiones. Por tanto, el empresario que
desee llevar a cabo su proceso de innovación estaría
en capacidad de obtener un mayor retorno que
los usuarios anteriores de los recursos y por ende,
estaría en capacidad de emplear los factores de
producción disponibles (Ekelund y Hebert, 2003).
No obstante, para Schumpeter, el crédito no tiene
como fuente principal de generación el ahorro en
la sociedad o la preferencia de los consumidores
para abstenerse y no consumir bienes y servicios,
sino que debe provenir de innovaciones anteriores
que han sido exitosas y que constituyen recursos
para crédito como producto de la ganancia de los
empresarios. Asimismo, deben de incluirse entre las
fuentes de crédito a la creación de poder de compra
por parte de los bancos, que servirá para financiar
las innovaciones.
Según Montalvo (1997) para Schumpeter, un
elemento más importante que el crédito resulta
la figura de las empresas y los empresarios pues
son las mismas empresas los ámbitos en donde se
realizan las innovaciones y son los empresarios los
que tienen la voluntad de implementarlas.
1.7 La nueva economía
Posterior a la teoría propuesta por Schumpeter,
el modelaje económico estuvo nuevamente
enmarcado dentro de las aristas del crecimiento
económico y el abordaje de este como sinónimo
de desarrollo. Sin embargo, a partir de la década
de 1960, se dio una separación de estos conceptos,
principalmente por las grandes diferencias entre
los países desarrollados y aquellos sumidos en
condiciones de subdesarrollo y pertenecientes al
denominado “tercer mundo”.
En lo que respecta a la innovación, esta sería
retomada de lleno como pilar fundamental de lo
que a partir de la explosión tecnológica gestada
en los ochenta y que, en los años subsiguientes, se
conocería como la “nueva economía”.
El término, surgido a partir de 1996, resume las
ideas de Kelly (1999) al concebir este modelo como
un proceso centrado en altos flujos de información
y conocimiento como las grandes bases de la
producción y la competitividad de las naciones.
Por tanto, los sistemas económicos pasan a ser
considerados como globales y es este el carácter
propio de los sistemas de producción y la gestión de
bienes y servicios que adquieren un nivel de logística
organizado a nivel mundial.
Para el mismo Kelly (1999), las redes de comunicación
y especialmente la internet constituye el sistema de
organización en este modelo, que reduce altamente
los costos de transacción y otros mecanismos de
fricción predominantes en escuelas de pensamiento
como la de los clásicos y por lo tanto, la nueva
economía sugiere una alternativa para expandir
los ciclos económicos a través del conocimiento,
la innovación, la desregulación económica y el
desarrollo de nuevos mercados.