LA GESTIÓN DE LOS PROCESOS DE INNOVACIÓN
REVISTA ACADÉMICA ECO (14) : 85-101, JUNIO 2016, ISSN: 2312 - 3818
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1. Los elementos esenciales en los procesos de innovación
En cualquier proceso de innovación están presentes al menos cinco elementos
básicos o factores que de tenerlos en cuenta durante la incubación, maduración,
implementación y aceptación del proceso de innovación, nos pueden garantizar
en mayor medida el éxito de sus resultados. Según Fierro, la gestión puede darse
sin innovaciones, pues es la forma de hacer las cosas en las organizaciones, pero
afirma que la innovación no puede hacerse sin o fuera de la gestión, pues la
innovación es un proceso de la gestión, inherente a él (Fierro Evans, 2005). Entre
más grandes las instituciones, más deben cuidarse las estrategias de innovación,
debemos ser mejores observadores y mejores analistas de la gestión e innovación
y tener claros algunos elementos que nos permitan ser más asertivos y actuar con
mejores resultados.
Cualquier innovación requiere de un diálogo con la cultura institucional. Se dice que
hay que innovar desde lo tradicional, desde la cultura ya instalada. Entendiendo
la cultura como “un modo de vida, un sistema de creencias y valores, una forma
aceptada de interacción y relaciones típicas de determinada organización”
(Chiavenato, 1989). La cultura ofrece formas definidas de pensamiento, sentimiento
y reacción que guían la toma de decisiones y otras actividades de los participantes
en la organización. La cultura es el pegamento social o normativo que mantiene
unida a una organización. Expresa los valores o ideales sociales y creencias que
los miembros de la organización llegan a compartir, manifestados en elementos
simbólicos, como mitos, rituales, historias, leyendas y un lenguaje especializado.
Para implementar una innovación es necesario que nosotros mismos confiemos en
la decisión y en nosotros mismos, ya que ello se reflejará en los demás. Para evitar
la resistencia al cambio y lograr un cambio verdadero e innovador se requiere el
apoyo total y decidido de la alta dirección, debe haber convencimiento de todos
los actores involucrados y elaborar un plan convincente y detallado alineado
a la misión-visión de la institución. Aunado a ello, debe considerarse una buena
estrategia de comunicación y sensibilización. Por todo esto es necesario considerar
la cultura organizacional, pues será de gran utilidad para que la innovación camine
por buen sendero y logre su objetivo.
Martín Fernández afirma que “para la gestión efectiva de la transformación se debe
tener en cuenta que, al igual que las leyes de la física, todo cambio conlleva una
resistencia al mismo debida a la inercia que provoca la situación de partida” (Martín
Fernandez, 2001). Esa resistencia aparece porque ese cambio o esa innovación
amenazan el statu quo, la zona de confort y los actuales modos de hacer las cosas
en la organización. Por tanto, debemos tener en cuenta que debemos considerar
estos obstáculos y la forma en que los afrontaremos y realizaremos los cambios e
innovaciones.