LA GESTIÓN DE LOS PROCESOS DE INNOVACIÓN
REVISTA ACADÉMICA ECO (14) : 85-101, JUNIO 2016, ISSN: 2312 - 3818
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Introducción
En la actualidad es muy común hablar de gestión e innovación en las instituciones
educativas de la Compañía de Jesús, la orden religiosa católica cuyos miembros
comúnmente son conocidos como “jesuitas”, y especialmente en las universidades
que, dedicadas a la educación superior, están comprometidas a no quedarse en
la mera transmisión del conocimiento, sino ser constantemente punta de lanza
en diversas acciones que le corresponden. Las universidades jesuitas en México
(Sistema Universitario Jesuita, 2016) deben tener muy claros los procesos de
innovación en sus organizaciones y para ello deben documentar sus procesos, los
exitosos y los no tan exitosos, de tal forma que generen un aprendizaje para futuros
proyectos por el bien de la propia universidad y para facilitar dichos procesos que
día tras día se gestan en las universidades. Es necesario que las lecciones y el
conocimiento sean compartidos con los otros miembros de la organización.
Una de las implicaciones de la gestión en las universidades y colegios de la Compañía
de Jesús es hacer las cosas para y con los demás (Arrupe, 2015). Es imposible
pretender formar personas aisladas de un entorno, más bien debe ser dentro de
este mundo, en compañía de este mundo y para este mundo. Ya lo dice el P. Alfonso
Nicolás Pachón, S. J., (Compañía de Jesús, 2016) como prepósito general o cabeza
máxima a nivel mundial de la Compañía de Jesús: “No pretendemos formar a los
mejores del mundo, si no a los mejores para el mundo” (Nicolás Pachón, 2010), una
diferencia sustancial que caracteriza el modelo educativo al modo de los jesuitas.
Según Casassus, podemos definir la gestión como “una capacidad de generar
una relación adecuada entre la estructura, la estrategia, los sistemas, el estilo de
liderazgo, las capacidades, la gente y los objetivos superiores de la organización
considerada” (Casassus, 2000). Gestión viene del latín gestio, gestionis, (Diccionario
de Etimologías de Chile, 2016) que etimológicamente significa hecho o concluido,
y hace referencia a la acción y a la consecuencia de administrar o llevar a cabo algo.
Así pues, la gestión es la forma en que hacemos “las cosas”, es algo que impregna
todo el ser y quehacer de una institución y por tanto debemos de abordarla,
estudiarla, identificarla, evaluarla, para poder mejorarla. Entre mejor tengamos
identificados los detalles del proceso de gestión, mejor podremos hacer las cosas en
la institución. En palabras de la investigadora mexicana Cecilia Fierro: “en gestión
no sólo somos lo que somos, si no lo que representamos” (Fierro Evans, 2012).
La gestión nos lleva a tener un análisis de la realidad, una visión de lo que sucede
en el entorno, ya que esto condiciona lo que se va a realizar, lo que sucederá en el
grupo o en la organización. Para que una institución sea capaz de crear y mantener
una ventaja competitiva en el tiempo “tiene que estar vigilante y atenta a los
posibles cambios de su entorno” (Hill y Gareth, 2009), pues dicho análisis supone
sacar a la luz problemas y oportunidades que están allí, pero que simplemente