FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES
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Conclusiones
La crisis ambiental pone en peligro la vida de los seres
humanos y tiene un origen de tipo antropogénico
derivado del modelo de crecimiento económico
y no de desarrollo sostenible, cuyos rasgos
esenciales han sido de agotamiento, degradación
y contaminación ambiental y de desigualdad en la
dimensión social. Frente a contextos como este,
y teniendo como punto focal la economía, se
han planteado diferentes mecanismos buscando
mantener o limitar los impactos ambientales
derivados de los procesos económicos. Aunque las
cosas parecen complejas no son imposibles.
Se puede equilibrar la racionalidad económica
extractiva con la sostenibilidad de los recursos del
planeta, si se modifican elementos institucionales
que incrementen la eficiencia en la administración
sostenible de los recursos ecosistémicos.
Los diferentes escenarios considerados pueden
lograr incidir en los incentivos individuales, para
revertir la degradación de los ecosistemas y al
mismo tiempo satisfacer la demanda mundial
(Millenium Ecossytem Assessment, 2014). Los
argumentos han demostrado que los resultados del
manejo de los recursos dependen directamente de
la existencia de una combinación de ciertos factores
institucionales. No hay soluciones simples.
Los mecanismos de mercado se pueden usar para
configurar los incentivos de los individuos y las
empresas de tal manera que se logre la eficiencia,
trasladando los recursos donde más se valoren. Sin
embargo, las empresas no internalizan en forma
de costos la degradación a los ecosistemas de
forma voluntaria. Si se le da un valor monetario,
las ganancias o pérdidas económicas y sociales
motivan al decidir si se realiza o no una actividad
económica (Kocian, Batker, y Harrison-Cox, 2011).
La propiedad no garantiza un uso eficiente de los
servicios ecosistémicos. Sin reglas que lo motiven,
difícilmente se logrará un manejo adecuado de
los recursos. En este sentido, el Estado es un ac-
tor fundamental, ya que es capaz de influir y limi-
tar los intereses personales. Puede proteger áreas
prioritarias y establecer incentivos económicos o
impuestos, logrando un contra peso al mercado o
limitándolo. El implementar diversos mecanismos
que incluyan un componente para mejorar la “con-
ciencia” acerca del aporte de los recursos ambienta-
les a la economía, permite identificar los problemas
ambientales y sus tendencias y visualizar relaciones
causa-efecto. De esta manera los individuos serán
capaces de tomar mejores decisiones.
Todas las alternativas requieren de dotar al Estado
de un sistema institucional funcional que garantice
el cumplimiento de los objetivos de largo plazo,
fortaleciendo las capacidades de gestión,
humanas, físicas, como también financieras.
De esta manera, es capaz de formular políticas
diferenciadas y acertadas para cada recurso y para
cada contexto. El Estado debe tener el objetivo
de conducir al país hacia la valoración de los
ecosistemas, de esta manera lograría transitar
hacia el desarrollo sostenible. Sin embargo, solo
será posible si es impulsada por una sociedad,
interesada y motivada por un mejor presente y
futuro. Solo así, se posibilitan procesos de toma de
decisiones para las necesarias regulaciones entre
el ambiente y la economía.
El crecimiento económico es, bajo ciertas
condiciones, un medio para lograr el desarrollo, la
condicionante es que el modelo productivo este
equilibrado con los otros ámbitos: natural, social
e institucional.