FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES
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económicos persiguiendo su propio interés logra maximizar su utilidad y como
consecuencia no intencionada, resulta en el máximo bienestar social (Parkin, 2013).
El funcionamiento del mercado requiere derechos de propiedad. La propiedad
privada crea incentivos para especializarse, producir, innovar e invertir.
Un ejemplo que muestra que la propiedad privada puede traer beneficios, tanto
económicos, como ambientales son los sistemas agroforestales del café sembrado
bajo sombra, que proveen bienes y servicios ambientales. Estos se consideran
como reservas naturales privadas reguladas por el Consejo Nacional de Áreas
Protegidas y están sujetas a normas y regulaciones aunque reciben beneficios
económicos privados. La Asociación Nacional del Café de Guatemala que integra a
los productores de café del país, ha ampliado y transformado su forma de producir
y comercializar el café, ya que desarrollan investigaciones aplicadas para mejorar
la producción, prácticas de conservación de suelos, certificación de café orgánico y
producción de café diferenciado.
En ciertas ocasiones es posible preservar bienes comunes mediante la asignación
de derechos de propiedad privada sobre ellos, como en el caso del café, dando así a
los usuarios una participación más grande en su cuidado a largo plazo. Sin embargo,
esta solución no es posible aplicarla para muchos de los recursos ecosistémicos, por
ejemplo la contaminación del aire o de los océanos. Según el derecho internacional,
la pesca está abierta en alta mar, es un “patrimonio común de la humanidad”. Aquí,
una mezcolanza de reglas e instituciones internacionales determinan la condición
de este bien común. (The Economist, 2014) El problema en este caso, parece ser
económico más que de regulación; ¿cómo deben distribuirse los ingresos en aguas
profundas que se supone que son “patrimonio común de la humanidad”? ¿Eso
significa que todo el mundo tiene derecho a una parte?
Según la teoría económica convencional, en ocasiones, cuando existen derechos
de propiedad y los costos de transacción son bajos, las transacciones privadas
son eficientes (Coase, 1960). Bajo este esquema un mercado alcanza la eficiencia
cuando el costo de producir un bien es igual al beneficio que se obtiene por este.
En equilibrio, los precios deberían reflejar las externalidades negativas (Coase,
1960)
1
. La externalidades negativas, son costos que recaen en terceros ajenos a
dichas transacciones, cuando ocurren, existen beneficios privados, pero los costos
son socializados.
En el caso de un recurso común manejado en propiedad privada, el equilibrio
eficiente ocurre cuando el costo social del recurso iguala al beneficio social, en
términos marginales (Parkin, 2013). El término social se refiere a incluir también las
externalidades en la ecuación; sin embargo, los costos ambientales resultantes de
la mayoría de actividades económicas no se contabilizan (White y Martin, 2002).
1 El teorema de Ronald Coase describe cómo se logra la eficiencia aun en la presencia de
externalidades, siempre y cuando se pueda crear un mercado para la externalidad en cuestión y
asegurar la no existencia de costos de transacción. El intercambio dará un resultado eficiente sin
importar la asignación inicial de derechos de propiedad. La implicación es que los derechos de
propiedad se deberían asignar a quienes más valoran la propiedad en cuestión. (Coase, 1960).