FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES
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Introducción
La economía y la ecología se entrelazan cuando se reconoce que el medio
ambiente es un satisfactor de las necesidades humanas, es proveedor de insumos
para el sistema económico y asimilador de los residuos generados por los procesos
de producción y consumo (Díaz y Romero, 2004). A lo largo de la historia se ha
evidenciado la manera en que la humanidad ha transformado los ecosistemas para
la satisfacción de sus necesidades, resultando en grandes beneficios económicos
y sociales. La producción de alimentos, combustible, madera y agua, son tan solo
algunos ejemplos. Sin embargo, los costos han sido altos, y en las últimas décadas
el medio natural ha comenzado a dar claros síntomas de agotamiento en las
funciones que cumple. Las externalidades negativas como la contaminación del
aire, de recursos hídricos, la producción masiva y sin control de aguas residuales
y desechos, erosión de los suelos, deforestación y extinción de especies son
consecuencia directa de la actividad humana.
La mala gestión de los ecosistemas está llevando a una escasez relativa de sus
servicios vitales, por ejemplo, suministro de agua, servicios de aprovisionamiento
de tierra cultivable, capacidad de absorción de desechos, etc. El agotamiento de
tales servicios, pone en riesgo la producción de los bienes y servicios y limita la
capacidad de generar bienestar y alcanzar el desarrollo humano. Si no se abordan
tales cuestiones trascendentales, disminuirán considerablemente los beneficios
que las generaciones futuras puedan obtener de los ecosistemas y quizás pongan
en peligro la continuidad de nuestra existencia.
Siendo necesario su uso como un satisfactor de necesidades, ¿cómo se puede
equilibrar la racionalidad económica extractiva con la sostenibilidad de los recursos
del planeta? Las propuestas se deben evaluar no desde el debate ideológico, sino
desde el éxito o fracaso resultante.