REVISTA ACADÉMICA ECO
69
Edwin Kemmerer, de la Universidad de Princeton, la
cual el autor explica ampliamente e ilustra a través
de citas con opiniones de economistas, ministros,
banqueros y la versión oficial del gobernante, así como
las recomendaciones de éstos para llevarla a cabo.
Un subcapítulo trata del legado que dejó el dictador Ma-
nuel Estrada Cabrera, quien según el autor no fue “el gran
ladrón” como se cree comúnmente. Luego analiza en re-
trospectiva las controversias y dificultades de la política
monetaria, bancaria y fiscal durante la dictadura de Es-
trada Cabrera y los años después, cuando el ahorro de 22
años se gastó en 22 meses. Resalta en todo este proceso
a varias figuras, entre ellas las del héroe bancario Rafael
Felipe Solares, entonces presidente de la Cámara de
Comercio, que como ministro de Hacienda de José Ma-
ría Orellana creó la Caja Reguladora, ya que el comercio
sufría terriblemente por las fluctuaciones de la moneda
nacional, que llegó a devaluarse a 69 pesos por un dólar,
cuando en 1871 habían sido equivalentes. Solares fue tres
veces ministro de Hacienda entre 1921 y 1928.
Entre otros personajes importantes ligados a la reforma
bancaria figuran Carlos Zachrisson y Enrique Martínez
Sobral, así como el doctor Edwin Walter Kemmerer,
llamado “doctor dinero”, quien realizo los estudios
respectivos para hacer la reforma en 1919 y en 1924.
De manera extraordinaria el autor trata los temas que
profundizan el caos anterior a la reforma y la reforma
monetaria que se realizó entre 1924 y 1926. Muy
interesante es la forma en que nos describe las relaciones
entre los presidentes y los bancos, las disputas entre
Gobierno y bancos, las deudas Gobierno-bancos, las
deudas entre los bancos y de los bancos a la Nación, la
ecuación patrimonial de los bancos, la compensación
de las deudas bancarias, la corrupción en el manejo
del cambio, el fondo de reserva, etc. Estos temas son
ampliamente tratados y no dejan lugar a dudas que el
autor es un profundo conocedor del tema de la banca.
El capítulo IV es breve, trata de la banca de 1926 a 1946,
de cómo funcionó el Banco Central de Guatemala, creado
en 1926, cuándo y cómo nació el Crédito Hipotecario
Nacional (CHN) en plena crisis mundial, cómo manejó
el presidente Jorge Ubico la política bancaria, y sobre la
fundación de nuevos bancos comerciales, algunos de los
cuales quebraron durante los años de la Gran Depresión.
El capítulo V de la reforma bancaria de 1946, trata
de las nuevas leyes de ese año, las transformaciones
y compensaciones, los funcionarios extranjeros que
ayudaron en el proceso y los banqueros nacionales que lo
ejecutaron, su vida profesional y sus capacidades. Luego
se refiere al origen de la reforma monetaria y bancaria de
1946, y finalmente hace una comparación de la reforma
monetaria de 1926 con la de 1946, en lo que respecta a
las liquidaciones y compensaciones por el derecho de la
emisión de billetes.
El capítulo VI, “La Banca de 1946-2007”, es un capítulo
largo por abarcar poco más de seis decenios sobre la banca
en Guatemala, el apoyo que recibió del FMI en lo relativo
a los bancos y las políticas cambiarias. Bajo el subtítulo
de telenovela bancaria, cuenta la historia de la banca y
la reforma bancaria, con casos de estudio. Otros temas
son la creación del Museo Numismático de Guatemala
y los nuevos bancos que surgieron a partir de 1946, los
controles de cambios en 1962, las nuevas instituciones
de financiamiento creadas en la década de los sesenta
para fomentar la industrialización y la diversificación
agrícola, el shock petrolero de 1973, el control de cambios
en 1980 y la década perdida, los créditos externos, y los
préstamos al Ejecutivo y a la Corporación Financiera
Nacional (CORFINA), por mencionar algunos temas
tratados.
En dicho capítulo también aborda el desorden fiscal y
monetario que se dio durante los Gobiernos militares de
facto de 1982 a 1985, la evolución bancaria que siguió a
raíz de la nueva Constitución de 1985 con los Gobiernos
civiles, la crisis bancaria paralela, la banca total, los
grupos financieros, el cierre de bancos, las empresas
bancario-financieras, etc.
Lo interesante al incursionar en las décadas de la segunda
mitad del siglo XX es que el autor incluye anécdotas
propias y habla sobre los personajes entre los banqueros
que conoció. También hace a veces un pequeño repaso
para recordar un periodo tratado anteriormente de larga
duración que lleva mucha información, lo cual facilita al
lector llevar el ritmo de los acontecimientos.