18
añejos militares de alto rango, como el ex jefe de
Estado Efraín Ríos Montt, han avivado el morte-
cino debate sobre la reconciliación, la amnistía y la
impunidad.
Ahora, al borde de los 70 años y al frente de la
Fundación Esquipulas, Cerezo ve lo que está pa-
sando con cierto escepticismo, con desconfianza,
un tanto incómodo. “Creo que estamos entrando en
una etapa… no de crisis, porque como una vez me
dijo Mario Monteforte la crisis es nuestro estado
habitual”, se detiene y sonríe sin cinismo. “Sino en
una etapa en la que podríamos tener la oportunidad
de abrir la discusión en serio”.
"Discutir en serio" significa, para el primer pre-
sidente que gobernó con la Carta Magna actual,
abordar y consensuar tres temas.
Los dos primeros son las reformas de la Consti-
tución y del Estado, de manera que se ajusten a la
complejidad y a la diversidad del país. “En el pro-
ceso de paz hubo avances y se tomaron en cuenta
muchas de las causas del conflicto pero en buena
medida todo está aún pendiente”. Los Acuerdos de
Paz, por ejemplo, que pretendían llenar algunas de
aquellas lagunas con sus propuestas sobre la diver-
sidad, la economía, lo fiscal, se quedaron en el