Andrés Zepeda /

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“Yo creo que Colom, en su soledad, entiende muy bien este 
país, pero fue incapaz de dejarse guiar por esa visión”, ob-
serva Incer. Aunque sería injusto atribuírselo todo a él, dice, 
porque en su contra estuvo la élite económica “más conser-
vadora, más intolerante y más intransigente” de toda Amé-
rica Latina. “La sociedad también es responsable, porque 
tenemos ciudadanos apáticos que generan gobiernos medio-
cres”.

Incluso las misiones cooperantes tienden a levar sus anclas 
y marcharse a otras latitudes en las que sus programas de 
apoyo, financiados por ciudadanos que sí pagan impuestos, 
sean mejor aprovechados y no caigan en el saco roto de la 
ineficiencia, la corrupción y la desidia.

En la cancillería, según Gutiérrez, “la gestión que ahora ter-
mina provocó un daño institucional insospechado. Debilitó 
la columna vertebral de las misiones en el exterior y dañó la 
moral del funcionario mediante la invicta infección corrup-
ta, sin precedentes en el Ministerio”.

Los cientos de millardos gastados durante la gestión de Co-
lom “no se reflejan en nada”, se queja elPeriódico en uno de 
sus editoriales. “Simplemente, no hay obra ni servicios pú-
blicos que justifiquen tanto gasto”; y criticaba a la Secretaría 
de Comunicación Social de la Presidencia y su decisión de 
despilfarrar 30 millones de quetzales adicionales en las dos 
últimas semanas del mandato.

De hecho, el exsecretario Ronaldo Robles ha sido denuncia-
do recientemente en el MP por su sucesor en el cargo. “No-
sotros partimos de un entorno mediático adverso”, recuerda 
Robles; lo cual, dice, justificaba una mayor inversión para 
contrarrestar en la opinión pública esos impactos cuya gra-
vedad –sostiene– consistía no en que fueran negativos, sino 
en que estaban equivocados. “Quisimos utilizar nuestros 
propios medios de reproducción ideológica para promover