/ Cambios para no cambiar

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bién “darle impulso total” al parque del Mirador, en el norte 
de Petén. “Será un parque gigantesco que, además, nos va a 
preservar la selva tropical que estamos perdiendo por falta 
de desarrollo”.

Manifestó asimismo sus intenciones de lograr una política 
fiscal estable y responsable. Algo “serio, de largo plazo”, que 
permitiera a los sectores privados “sentirse seguros”, para 
lo cual “nos tenemos que poner de acuerdo”. Habló de im-
pulsar una Ley de la Dignidad Humana, “donde haremos 
certeros los castigos para todo aquel que toque a un anciano, 
o toque a un niño o toque a un discapacitado”, y anunció su 
propuesta de crear un Ministerio de la Familia “porque que-
remos rescatar los verdaderos valores y principios de nues-
tra sociedad”. La familia, dijo, “necesita de ese rescate de 
principios y valores. Sandra y yo estamos dispuestos a dar el 
ejemplo”.

Ratificó su compromiso con un Plan de los Cien Días (“va-
mos a luchar y vamos a cumplirlo”), con un programa de 
200 mil viviendas populares (“estamos seguros, lo vamos a 
ejecutar”), con el medio ambiente (“queremos ser respon-
sables para que Guatemala haga lo que le corresponde en 
detener este cambio climático”), con los pueblos indígenas 
(“queremos una armonía de pueblos, queremos respeto a las 
distintas cosmovisiones, respeto entre las distintas culturas”) 
y con el cumplimiento “inquebrantable” de los Acuerdos de 
Paz y los derechos humanos, a fin de darle “vuelta a esta pá-
gina sangrienta en Guatemala”.

Pidió, poco antes de concluir, ocho meses de plazo “para te-
ner una seguridad estable”, y previo a cerrar su alocución 
sacó a relucir esa sensibilidad indigenista a la que ya había 
recurrido durante la campaña: “Nuestra socialdemocracia 
guatemalteca es una socialdemocracia con rostro maya”.