Andrés Zepeda /
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y que “Colom sólo había proporcionado promesas vacías a la
fecha”, según se establece en un cable filtrado por Wikileaks.
Cuando Reynoso presionó al sector privado para que se cen-
traran en encontrar soluciones prácticas, descargaron la cul-
pa en Colom e indicaron que sin un socio creíble no podían
lograr nada.
Reynoso presionó de nuevo, instando a la cúpula empresa-
rial a asumir alguna responsabilidad contribuyendo a redu-
cir las extremas brechas en la distribución de la riqueza en
Guatemala.
En respuesta, señalaron que ellos pagaban el 89 por ciento
de los impuestos del país (lo cual es falso si se toma en cuenta
que sólo el IVA, pagado por todos los consumidores, repre-
senta alrededor de la mitad de los impuestos recaudados),
mientras que las personas individuales contribuían con sólo
el once por ciento restante.
Varios agregaron que los ricos no eran los únicos respon-
sables de luchar contra la pobreza, y argumentaron que el
gobierno necesitaba aumentar la competencia y atacar la
corrupción, la evasión fiscal y el contrabando –eximiéndose
tácitamente de estas tres actividades, como si de hecho no
estuvieran ellos mismos involucrados en dichas prácticas; y
negándose a reconocer, además, que para frenar el contra-
bando se requiere una serie de controles en puertos y fron-
teras traducibles en altísimos costos que los empresarios se
negaban a pagar.
Saldo amargo
La burguesía de este país será responsable de condenarlo
al desastre por negarse a entender que, para los fines de su
propia reproducción como clase, necesita un Estado mejo-
rado, amonesta Gálvez Borrell. El anticomunismo, dice, ha