/ Cambios para no cambiar
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butarias en Guatemala se sugiere que las raíces de nuestra
inveterada reticencia al pago de impuestos habría que ras-
trearlas en la oposición de los indígenas a los tributos durante
la Colonia, pero sobre todo en la razón principal que tuvo
la élite criolla en 1821 para independizarse de España: libe-
rarse de sus obligaciones impositivas para con la Corona. En
él, Richard Aitkenhead, comisionado presidencial de Óscar
Berger y ministro de Finanzas de Serrano Elías, observa que
el no pago de impuestos es parte de la cultura política nacio-
nal, y que ciertamente la oposición tiende a crecer entre los
sectores más acomodados.
Se calcula que en el año 2006 el Estado guatemalteco dejó
de percibir casi la mitad del total de la recaudación de im-
puestos registrados. En términos monetarios, la evasión del
ISR de las empresas superó ese año los 1,400 millones de dó-
lares. Aproximadamente dos de cada tres quetzales del ISR
se evaden. Según Gustavo Porras, durante el 2007 el 48 por
ciento de las empresas se declararon con pérdidas (es decir,
no tributaron ni un centavo), mientras que el 52 por ciento
restante declaró un 0.07 por ciento no de sus utilidades, sino
de sus ingresos globales.
La reforma fiscal propuesta por Fuentes Knight y su equi-
po proponía modificar la ley de bancos y grupos financieros
para que la Superintendencia de Administración Tributaria
(SAT) pudiera contar con información de contribuyentes in-
dividuales bajo garantía de confidencialidad. Contemplaba,
también, transparentar la propiedad de las empresas priva-
das mediante la obligación de que todas las acciones tuvie-
ran el nombre personal de sus propietarios. El empresaria-
do, no obstante, alegaba que la opacidad era necesaria para
evitar secuestros, justificando de esa manera su renuencia a
cualquier medida que contribuyera a hacer más visibles sus
operaciones.