/ Cambios para no cambiar

Pz

P

5

PRÓLOGO

Una noche en un bar

Una noche en un bar, hace casi diez años, cierto alero y 
yo agotábamos el último trago quejándonos inútilmente de 
la fauna política local. Echando mano de esa asombrosa 
lucidez etílica que exhibe a veces la gente pasada de copas, 
mi colega soltó a modo de remate un enunciado cuya me-
surada escrupulosidad e incuestionable vigencia justifican 
que retome ahora el episodio, con el deseo de trascender la 
obviedad de los tópicos trillados:

“No tenemos el gobierno que nos merecemos”, dijo, como 
liberando por fin una frase que ha permanecido largo rato 
incubándose. “Tenemos el gobierno que somos”.

Puestos ahora a hacer recapitulación de estos últimos cuatro 
años de desbarajuste cabe preguntarse qué tanto su esencia 
(para no recalar únicamente en los resultados concretos) de-
bería interpelarnos como sociedad. ¿No somos acaso, cada 
uno de nosotros, parte de un conglomerado tan heterogé-
neo, tan ambiguo, tan negligente, tan contradictorio, tan 
dividido, tan frustrante, tan frustrado y tan fallido como el 
desempeño de los representantes en quienes elegimos (sea 
por acción, sea por omisión) delegar los designios de esta 
achacosa nave llamada Guatemala?