Andrés Zepeda /
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no de la UNE casi todos llegaban a él –sugirió el periodis-
ta Enrique Naveda. Y por aparte, el poder delegado en los
Peludos (Orlando Blanco, Ronaldo Robles, Carlos Menocal,
Fernando Barillas) descansaba en una relación con el diri-
gente cuya base era cierta sensibilidad política compartida
que, con el tiempo, fue desarrollando vínculos de lealtad re-
lativamente fuertes y estables.
En la constelación alrededor de Colom aparecen asimismo
otras figuras que sufragaron su campaña, como Tomás Za-
ragoza (fundador del Grupo Tomza, distribuidor de Zeta
Gas), Jack Irving Cohen (propietario de la farmacéutica J. I.
Cohen, que en tres años firmó contratos con el Estado por
520 millones de quetzales), Gregorio Valdés (cuyo abanico
de empresas se inserta en sectores que van desde el aeronáu-
tico hasta el de la telefonía, pasando por el de la construc-
ción), Roberto Dalton (presidente de Disagro, corporación
dedicada a la venta de fertilizantes e insumos agrícolas y a
quien Colom nombró director ejecutivo de PRORURAL),
Carlos Quintanilla (criador de semovientes, dueño de una
empresa de seguridad y guardaespaldas de lujo de Colom
durante ocho años, recompensado luego con la titularidad
de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad
de la Presidencia, SAAS), Ricardo Cortés (abogado y em-
presario con negocios en Miami), Alfredo Mirón (con ope-
raciones comerciales en el sector agropecuario), y “algunos
banqueros”, en palabras del ex viceministro de Finanzas Ri-
cardo Barrientos.
El Tribunal Supremo Electoral informó en su momento que
en la nómina de financistas aparecían también Guillermo
Castillo (segundo ministro de Comunicaciones nombrado
por Colom), Luis Alejos (primo de Gustavo, encargado fi-
nanciero a nivel nacional de la UNE y antecesor de Castillo
en la cartera de Comunicaciones), José Ramón Fernández
(finquero retalteco muy influyente en la costa sur) y Ricardo