/ Cambios para no cambiar

Pz

P

11

de gobierno), implementar un plan de choque sanitario, lan-
zar otro plan urgente de atención a la desnutrición infantil 
y activar la previsión de los acuerdos de paz que permiti-
ría comprar propiedades agrarias para distribuirlas entre el 
campesinado sin tierras.

Anunciaba, también, la sustitución de deuda pública interna 
por deuda pública externa, el traslado de fondos públicos co-
locados en los bancos del sistema al Banco de Guatemala, la 
centralización de la información y comunicación gubernati-
vas a través de una sola secretaría (que sería coordinada por 
Ronaldo Robles), la convocatoria a un diálogo nacional so-
bre temas de interés para el nuevo gobierno, la discusión de 
un nuevo pacto fiscal capaz de garantizar el financiamiento 
de los programas sociales venideros, y la creación de nuevos 
ministerios (como el de Familia, según dijo en su discurso 
inaugural) y secretarías de la Presidencia, así como de una 
empresa estatal de petróleo.

Contaba con 42.5 mil millones de quetzales como presu-
puesto asignado para el período fiscal 2008 y tenía, como 
potestad inédita, la flexibilidad de hacer transferencias ilimi-
tadas e irrestrictas entre los ministerios.

Su gabinete entrante incluía a tecnócratas sólidos como Juan 
Alberto Fuentes Knight en la cartera de Finanzas, funcio-
narios de prestigio como Ana de Molina (Educación) y Ha-
roldo Rodas (cancillería), líneas de continuidad respecto de 
la administración anterior como Vinicio Gómez (quien pa-
saba de viceministro a ministro de Gobernación), parientes 
como su tío Luis Ferraté en Ambiente y Recursos Naturales, 
titulares afines a la élite económica como Carlos Meany en 
Energía y Minas, nombramientos dudosos como Jerónimo 
Lancerio (agroexportador indígena-ladinizado) en Cultura y 
Deportes, figuras anodinas como Eusebio Del Cid en Salud 
Pública y Asistencia Social, y aparentes muestras de pago de