Andrés Zepeda /
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Tal era el escenario en el que debutaba la administración
que hace unos días vimos salir por la puerta de atrás.
PRIMERA PARTE
La ilusión. El gobierno de la esperanza
Voluminoso y extremadamente detallista, el Plan de la Es-
peranza, elaborado año y medio atrás por los tecnócratas
de la UNE, apostaba por transformar la sociedad guate-
malteca con una visión de realizaciones que llegaba hasta
el año 2032. Una madeja de objetivos generales, objetivos
específicos, estrategias y acciones daba contenido a los cua-
tro programas en que se basaba el plan: solidaridad, gober-
nabilidad, productividad y regionalidad, que conllevaban
otras tantas lealtades: humana, cívica, económica y vecinal,
respectivamente. Volvía, además, a reclamar como suyos los
principios socialdemócratas de libertad, igualdad, justicia so-
cial y solidaridad.
En concreto, Colom prometía crear 700 mil puestos de tra-
bajo y 200 mil viviendas, elevar el crecimiento anual del PIB
por encima del 6 por ciento frente al 5 por ciento, convo-
car un pacto en materia fiscal (aunque estando en campaña
ofreció no aumentar los impuestos durante su primer año