/ El largo camino a la justicia

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Vela elaboró una tesis doctoral sobre la masacre de Dos 
Erres con el propósito de explicarle a la sociedad guatemal-
teca cómo el ejército llegó a ver en los rostros de 201 civiles 
indefensos a un enemigo del Estado, cuando el proceso ju-
dicial contra los responsables se encontraba estancado. Pero 
tras la salida del Fiscal General, Juan Luis Florido, en 2008 y 
su relevo por Amílcar Velásquez Zárate; Vela recibió una lla-
mada del Ministerio Público preguntándole si su tesis podía 
ser ampliada y reelaborada como peritaje para apuntalar el 
caso contra los perpetradores de la masacre.

Vela llegó a los juicios de Carlos Carías y de los tres soldados 
kaibiles en 2011 y un año después al de Pedro Pimentel Ríos, 
no para defender una tesis académica, sino para aportar una 
pieza clave de evidencia.

Después del juicio de Pimentel Ríos tuve la oportunidad de 
preguntarle a Vela –un hombre con voz suave que medita 
cuidadosamente sus palabras antes de responder– si no pue-
de atribuírsele alguna responsabilidad a las FAR (Fuerzas 
Armadas Rebeldes) por dejar expuesta a una población vul-
nerable después de la emboscada de San Diego, durante la 
cual se apropió de los 21 fusiles que los soldados buscaron 
infructuosamente en Dos Erres.

Pero Vela explicó que la guerra de guerrillas significa actuar 
y esconderse, ya que combate al ejército en condiciones asi-
métricas en términos numéricos y de capacidad de fuego. La 
operación de San Diego que realizaron las FAR en abril de 
1982 era necesaria para aprovechar un momento en el que 
el ejército estaba concentrado en combatir al EGP (Ejérci-
to Guerrillero de los Pobres), en el altiplano, a través de las 
fuerzas de tarea. No realizar esa operación, aseguró Vela, 
hubiera sido “un contrasentido”.