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 Revista Espacios Políticos

demuestra con las declaraciones de 

las victimas sobrevivientes, quienes 

claramente indicaron cómo mataron a 

sus familiares, así como con los peritajes 

antropológicos y arqueológicos que 

muestran la existencia de múltiples 

cementerios clandestinos. Quedando 

comprobada las lesiones a la integridad 

física con las declaraciones de las 

víctimas, principalmente las mujeres, 

que fueron objeto de violación y, las 

lesiones mentales, con el peritaje 

efectuado por la perito GOMEZ DUPUIS, 

quien en forma analítica detalló todos 

los daños ocasionados a las víctimas. 

En nuestro camino de análisis 

quedó demostrado el traslado de niños 

de un grupo a otro, pues tal como 

lo indicaron los testigos JACINTO 

LUPAMAC GÓMEZ,  TIBURCIO UTUY 

y JULIO VELASCO RAYMUNDO, a los 

niños sobrevivientes se los llevaron a 

los destacamentos y después fueron 

trasladados a vivir en otros lugares, 

inclusive a la ciudad, en donde no 

conocían a nadie y ni siquiera podían 

comunicarse en su idioma materno, 

negándoseles así su capacidad y 

libertad de expresión. 

A lo largo del presente debate, 

se ha comprobado en forma objetiva, 

que la población civil del grupo Ixil, 

residente en las aldeas y caseríos de 

Santa María Nebaj, San Juan Cotzal 

y San Gaspar Chajul, fueron objeto 

de asesinatos en forma masiva, 

constitutivos de masacres, tortura, 

degradación, violaciones sexuales 

masivas, desplazamiento forzoso, 

traslado de niños de un grupo a otro; 

por lo que los juzgadores estamos 

totalmente convencidos de la intención 

de producir la destrucción física del 

grupo Ixil. 

Constatándose, que en el 

caso que se juzga, se produjeron los 

elementos que configuran el delito de 

GENOCIDIO, regulado en el artículo 376 

del Código Penal, porque se produjo 

matanza de los miembros del grupo; 

lesión grave a la integridad física o 

mental de los miembros del grupo, 

sometimiento intencional del grupo a 

condiciones de existencia que hayan 

de acarrear destrucción física, total o 

parcial; medidas destinadas a impedir 

los nacimientos del seno del grupo, así 

como traslado por fuerza de niños del 

grupo a otros grupos, lo que se comprobó 

con la prueba antes analizada.

La declaración y peritaje militar 

efectuado por el perito RODOLFO 

ROBLES ESPINOZA, permite establecer 

que los miembros del alto mando del 

Ejército tenían el dominio del hecho y 

que su posición podía haber detenido 

los ataques reales a la población civil, 

la desaparición del grupo maya Ixil 

e impedir la impunidad, así como la 

violación a los derechos humanos. 

En su amplio peritaje, hace ver 

que el Estado avaló la existencia de un 

enemigo interno, existiendo operaciones 

de combate, planificación y control. 

Haciendo ver que en una organización 

es responsable el jefe de dicha 

organización militar. Además de explicar 

que la aplicación del PLAN DE CAMPAÑA 

VICTORIA OCHENTA y DOS, aplicado 

al área Ixil, llevó los mismos patrones 

de conducta: muertes violentas, 

arrasamiento de aldeas, quema de 

viviendas y siembras, lo que obligó a las 

personas a desplazarse para salvar sus 

vidas; mientras que otras personas se 

vieron obligadas a entregarse al ejército 

por hambre y conformar las Patrullas de 

Autodefensa Civil.