13

 Revista Espacios Políticos

con la obligación de los comandos, de 

reportar cada quince días la información.  

Entre los anexos, aparece la 

hoja de distribución, que contempla 

la distribución al presidente de la 

República y comandante general del 

ejército, circunstancia importante 

porque sirve para establecer que el 

acusado JOSÉ EFRAÍN RÍOS MONTT, 

estaba enterado del referido plan. 

Además en el anexo “C”, III Ejecución, 

primera fase aparecen contemplados 

los mensajes dominicales a cargo del 

señor presidente de la República, lo que 

significa que estos mensajes formaban 

parte del plan preconcebido. 

Asimismo, se establece que, 

como parte del mismo plan, aparece 

la participación de los ministerios y 

las actividades asignadas a cada uno. 

En el anexo F del Plan de Operaciones 

Victoria Ochenta y Dos, al referirse a la 

situación de las fuerzas enemigas, se 

reconoce la existencia de las grandes 

masas de indígenas del altiplano de la 

nación, la escasez de tierra, la inmensa 

pobreza, así como el vandalismo, 

violaciones, robos y destrucción de 

cosechas, cometidos por el ejército. En 

el anexo H [se encuentran] las ordenes 

y normativas de conducta emanadas 

por el comandante general del ejército 

e incorporadas por el Estado Mayor 

General del Ejército al Plan Victoria 

Ochenta y Dos; lo que aparece explicado 

en detalle en el peritaje rendido por 

el perito QUILO AYUSO, en donde 

recapituló la participación del general 

Efraín Ríos Montt, como presidente y 

comandante general del Ejército.

 En el mismo orden de ideas, el 

PLAN FIRMEZA OCHENTA Y TRES da los 

lineamientos para prevenir el posible 

surgimiento de las organizaciones 

subversivas, contemplando entre las 

estrategias militares, el aislar a los 

delincuentes subversivos para que 

estos sean eliminados por medio de 

operaciones tácticas; contemplando 

entre sus objetivos, el materializar los 

enunciados del Plan Victoria Ochenta y 

Dos, así como alcanzar el control físico 

y psicológico de la población, además 

de neutralizar al enemigo y eliminarlo 

con operaciones tácticas. 

Dentro de este plan, se 

establece que cada comando militar 

determinará la forma de operar en su 

área jurisdiccional, de acuerdo a la 

inteligencia y situación propia. Siendo 

el comandante el responsable de todos 

los aspectos tácticos y logísticos. 

El PLAN FIRMEZA OCHENTA Y TRES 

contempla, que al ser detectado el 

enemigo, deberán de perseguirlo 

hasta lograr su captura o destrucción; 

estableciendo la obligación de enviar 

informes periódicos de las operaciones, 

cada quince días. 

Entre las estrategias militares, 

[se] establece la organización 

de la población en Patrullas de 

Autodefensa Civil, el control territorial 

y poblacional; el apoyo aéreo, a través 

del Centro de Operaciones Conjuntas 

del Estado Mayor General del Ejército, 

teniendo como alterno al Centro de 

Transmisiones de la Fuerza  Aérea 

Guatemalteca. Además de contemplar 

en el apéndice Uno de Inteligencia, 

que “en las montañas del altiplano 

nacional, también hay campamentos 

nómadas de refugiados, los cuales son 

controlados, movilizados y politizados” 

lo que confirma lo dicho por los peritos 

ROSADA GRANADOS Y OGLESBY y 

testigos que declararon en relación a 

la forma en que huyeron a la montaña.