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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
especialmente del Barrio de La
Candelaria, Barrio de Jocotenango
de la zona dos, y el Centro Cívico
Metropolitano.
2. Rescatar y preservar la traza, su
fisonomía, así como salvaguardar la
riqueza patrimonial, arquitectónica
y estética del Centro Histórico de la
Nueva Guatemala de la Asunción, y su
patrimonio natural, vivo e intangible.
3. Rescatar y mantener su valor
urbanístico la actividad social
económica y cultural como base de
identidad nacional.
En el reglamento citado, no se
tomó en cuenta que las “actividades
sociales, económicas y culturales”
dependen principalmente de la
actividad privada y que al limitar la
misma, se ahuyenta prácticamente la
actividad que se pretendía promover.
La inversión en construcción en
cualquier país es un generador y
multiplicador de empleo, que favorece
desde los ayudantes de albañil,
albañiles, técnicos (electricistas,
plomeros, choferes de transporte
de materiales, carpinteros) hasta
los profesionales como arquitectos,
ingenieros, abogados, etc. Para
un país pobre como Guatemala,
perseguir un proyecto utópico de
restauración y conservación tiene
un costo demasiado alto que lo
pagan los afectados. La situación no
ha cambiado mucho en los últimos
años, a pesar del esfuerzo de
algunos funcionarios municipales por
modificar el reglamento, para permitir
arquitectura contemporánea, con el
fin de atraer de nuevo la inversión
al Centro Histórico. Ellos encuentran
que, como la ley es superior al
reglamento, siempre prevalecen
los criterios de conservación y
restauración. A raíz de la investigación
y de otras reflexiones, se produjo un
documento denominado “Manifiesto
Urbano”.
El documento mencionado se dio
a conocer a estudiantes y profesionales
de la arquitectura, a propietarios y
autoridades por medios electrónicos.
También a través de la radio en la que
se tuvo una entrevista en el programa
“Todo
a
Pulmón”.
Igualmente
mediante foros académicos en la
Universidad Francisco Marroquín
y la Universidad Rafael Landívar.
Se presentó a autoridades como
al alcalde de la ciudad capital, Sr.
Álvaro Arzú Irigoyen, a los miembros
del Consejo Consultivo del Centro
Histórico y a los responsables de la
aplicación de la ley en el Instituto de
Antropología e Historia (IDAHE), sin
ningún resultado efectivo. El autor
de este artículo también escribió
otros más relacionados con el tema,
publicados en la revista “SIGNA” de
la Facultad de Arquitectura y Diseño
de la Universidad Rafael Landívar, los
que han servido para estructurar el
presente texto, que fue presentado
en el curso de Economía Urbana,
de la Maestría en Diseño Urbano
Sustentable de la Universidad Rafael
Landívar en 2014.
1. Alcances y límites
Las reflexiones aquí incluidas se
plantean desde la perspectiva de la
arquitectura, con base en testimonios
de propietarios, desarrolladores y
otros usuarios afectados, así como
en observaciones propias. Sin duda
sería apropiado efectuar, además,